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En el momento en que Nicole se perdió en sus pensamientos, pareció darse cuenta de que la situación en la cocina era algo tensa pero cálida.
Por lo menos, ¿no era esta la vida de casada con la que soñaba antes de divorciarse?
Sin embargo, el hombre era Clayton en lugar de Eric. Su corazón ya no parecía estar tan apegado al pasado.
El repentino dolor en su muñeca vino como una ocurrencia tardía. Clayton la sostuvo mientras la llevaba hacia el grifo para enjuagar su muñeca con agua corriente.
La postura de ellos mostraba una íntima y ligera tensión. Nicole trató de retirar la mano, pero Clayton pensaba que era porque le dolía la muñeca, así que fue más gentil con sus movimientos. Él aflojó el agarre de su brazo, sostuvo el lugar donde ella estaba herida y sopló sobre su piel, luciendo angustiado.
Nicole lo miró. El hombre frente a ella era increíblemente gentil.
Había un ligero temblor en su pecho como si hubiera sido estremecida.
Rápidamente, ella bajó los ojos, retiró la mano y sonrió levemente. "Estoy bien. Ya no me duele”.
Nicole inmediatamente ocultó el pánico en su corazón.
Su muñeca acababa de ser salpicada con una gota de aceite. Solo quedó una ligera mancha roja después de enjuagar con agua fría. Sin embargo, era muy obvio en su piel clara y suave.
Clayton frunció el ceño cuando un rastro de pesar brilló en sus ojos.
"No debí dejarte cocinar... Fue desconsiderado de mi parte".
Clayton jaló de su muñeca y salió mientras hablaba; la acción era algo contundente. Era claro que él no la dejaría quedarse más en la cocina.
Nicole sonrió levemente. De hecho, ella experimentó muchos accidentes de este tipo en el pasado, pero siempre apretaba los dientes y soportaba el dolor. La sensación de logro después de cocinar la hacía sentir feliz, especialmente porque cada comida que preparaba era solo para Eric.
Sin embargo, Eric nunca lo sabría.
"¿Qué le pasó a la Señorita Bonita?".
El Pequeño Michael se acercó y miró con inconformidad a su padre, quien estaba sosteniendo la mano de ella.
Nicole se sentó en el sofá. "No es nada. Me acabo de quemar con un poco de aceite. Pero la cocina…”.
¡El bistec se iba a quemar!
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