La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 571

Gerard Lichman miraba sin hablar el cielo azul y las nubes blancas afuera de la ventana. Tenía el pecho congestionado y se sentía tan agraviado.

No tenía más remedio que asumir la culpa de las órdenes de Eric.

…

Nicole recibió una llamada de Eric cuando iba de vuelta a la oficina.

Tenía la intención de no contestar la llamada, pero pensándolo mejor, la contestó.

“Señor Ferguson, ¿qué pasa?”.

La voz de Eric era suave y ligera. Era evidente que estaba de un buen humor incontenible.

Aunque su aventura no era pública, su relación seguía siendo más que la de unos simples amigos, así que tarde o temprano volverían a estar juntos.

“Acabo de enterarme de lo que hizo Gerard Lichman. No puedo creerlo. Como director de la Corporación J&L, yo ni siquiera sabía nada al respecto. Ya emití una severa advertencia, así que no te preocupes. No retrasará el progreso del proyecto”.

Nicole se quedó en silencio durante varios segundos antes de soltar un resoplido.

“Entonces, ¿me tomas por tonta?”.

Gerard Lichman no tendría las agallas de retrasar el proyecto, ¡así que debió haber sido instruido por alguien!

Eric se quedó en silencio durante un rato. Luego preguntó con fingida sorpresa: “¿Qué quieres decir? ¿Crees que yo le ordené a Gerard que hiciera esto? ¿Cómo podría hacer algo tan poco escrupuloso?”.

Él no podía evitar sentirse tenso. Si Nicole estaba realmente furiosa, su relación volvería al punto de partida en un instante.

Eric no sería capaz de aceptarlo.

Él se sentía aprehensivo.

Cada segundo que ella dudaba era como una tortura, como si alguien le estuviera cortando el corazón.

Finalmente, ella soltó una risa indiferente. Su voz era clara y fría.

“Eric Ferguson, realmente renovaste mi opinión sobre ti”.

Cuando estaba a punto de colgar, Eric gritó ansiosamente: “Cariño, espera un momento…”.

Nicole frunció el ceño y paró en seco.

‘¿Acabo de quedarme sorda? ¿Estaba alucinando? ¡¿Qué demonios acabo de oír?!’.

“Eric Ferguson, por favor, sé normal por una vez. ¡No quiero volver a oír esa palabra viniendo de ti!”.

‘¡¿Qué m*ldito cariño?! ¡¿Cómo es que ese apodo tan asqueroso siquiera sea apropiado entre nosotros?!’.