La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 609

Eric agarró suavemente las manos inquietas de Nicole y siguió llamándola.

“Nicole... Cariño... Bebé….

Nicole frunció el ceño con molestia ante la molesta mosca que zumbaba alrededor de su cabeza. Ese ruido simplemente la estaba matando.

‘¡Solo quiero dormir! Incluso Tigger sabe que no debe perturbar mi sueño. ¿Por qué esta est*pida mosca revolotea de manera descarada a mi alrededor?’.

Nicole tenía mal genio cuando la despertaban involuntariamente.

Ella no pudo soportarlo más y usó todas sus fuerzas para levantar sus pesados ​​párpados.

Aturdida, Nicole vio las facciones hermosas y perfectas que le resultaban algo familiares.

‘¿Quién es? ¿Eric Ferguson? ¿O Xander?’.

La mente de Nicole estaba confusa mientras escuchaba la voz intermitente del hombre como si estuviera cantando algún tipo de hechizo. Ella estaba extremadamente molesta.

De repente, ella levantó su mano y lo arañó, indicándole que se callara.

Efectivamente, el hombre se cayó de manera obediente después de que lo arañaran.

El rostro de Eric se hundió mientras sus ojos estaban fijos en ella. ‘¿Ella tiene tan mal genio cuando está ebria? ¿Incluso se pone violenta?’.

Él no tenía manos adicionales para tocar la herida del rasguño en su cuello y solo podía sentir el calor y el dolor.

‘Olvídalo... ¡Solo ten paciencia!’.

Al ver que Nicole no tenía intención de vomitar y que ella no tenía fiebre ni otros síntomas, Eric volvió a cargarla y la puso sobre la cama.

Eric no se atrevió a tomar la situación a la ligera e hizo que Mitchell viniera para llevar la botella de vino y la copa para una prueba de drogas de inmediato.

Sin saber los resultados, él no podía estar tranquilo.

El doctor del hotel también vino a hacerle una evaluación detallada a Nicole.

El doctor no se atrevió a ser descuidado y examinó seriamente a Nicole antes de decírselo a Eric.

“La Señorita Stanton bebió demasiado. No hay nada inusual, por lo que debería estar bien después de beber un poco de agua con miel”.

Eric frunció el ceño. “Está bien, ya puedes irte”.

El doctor se retiró; Eric se quedó sentado en silencio, mirando a Nicole dormida sobre la cama.

Nicole estaba ajena a toda la conmoción a su alrededor y probablemente todavía estaba soñando.

Eric, impotentemente, consiguió una toalla tibia para limpiarle el rostro mientras murmuraba: “¿Cómo puedes beber cuando tienes una tolerancia al alcohol tan baja? ¿Incluso te atreves a beber vino de cualquiera? ¡Tendré que ajustar cuentas con esa persona mañana!”.