En la pantalla había una foto del segundo hermano de Nicole recibiendo un premio en Suiza. A los diecisiete años, Maverick recibió el premio Rompiendo Barreras y desde entonces había saltado a la fama como el mejor científico del mundo de la física. Él era un genio al que muchos países querían contratar desesperadamente. En esta foto, Maverick aparecía bien afeitado y fresco, con una cálida y brillante sonrisa.
“¡¿Tú también lo conoces?!”. Molly Stewart corrió hacia Nicole emocionada. Sus ojos brillaban de admiración. “Es mi ídolo. ¡Le quiero tanto! Si consigo verlo en persona, ¡Podré morirme sin remordimientos!”.
Nicole se quedó en silencio. Su segundo hermano era muy solicitado en la industria, pero tenía un temperamento extraño. No le gustaba que las chicas estuvieran cerca de él, hasta el punto de que a su padre le preocupaba que su segundo hermano acabara solo toda su vida.
Molly compartió con entusiasmo todos los logros de Maverick con Nicole y tiró de su brazo. “¿No crees que es guapo? ¡Es, sin duda, mejor que cualquier estrella de cine de ahí fuera! Me pregunto qué habrá debajo de esa ropa…”.
Nicole hizo una pausa y frunció los labios, luego murmuró: “Él se ve bien…”.
Maverick solía pasearse con el torso desnudo en casa cuando era joven. Tenía una buena figura, pero en comparación con su hermano mayor y su tercer hermano, Maverick solo se consideraba promedio.
“¿Cómo lo sabes?”, Molly miró a Nicole con incredulidad. “¡¿Lo conoces?!”.
Nicole se sorprendió y pensó: ‘¿No sería interesante que Molly fuera a por el segundo hermano…?’.
Ella sonrió de manera atrevida y dijo: “Tengo su número de teléfono. ¿Lo quieres?”.
Molly se quedó de piedra. “¡¿Hablas en serio?!”.
Nicole sacó su teléfono y videollamó a Maverick delante de Molly. Él estaba en el extranjero y parecía que acababa de despertarse porque su pelo estaba desordenado cuando apareció en la pantalla del teléfono.
Molly se tapó la boca y chilló. Dio un paso hacia atrás e incluso se giró emocionada.
“¿Nicole? ¿Qué pasa? He estado tan ocupado últimamente que no he tenido tiempo de contactarme contigo”.
Nicole sonrió y dijo: “No mucho, solo quería verte. Tengo una amiga que es una gran fan tuya. ¿Puedes darle un autógrafo?”.
Maverick dudó un rato y asintió de mala gana. “De acuerdo, solo uno”.
Nicole colgó el teléfono satisfecha y miró la cara de gozo de Molly. No pudo evitar reírse. “Te lo daré cuando lo tenga en mis manos”.
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