La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 792

Nicole y Kai estaban ligeramente atónitos.

Esto sonaba como algo que el Pequeño Michael era capaz de hacer.

Nicole frunció los labios. “Entonces deberías darte prisa. El Pequeño Michael debe estar ansioso. ¿Tu vuelo es esta noche?”.

Clayton asintió y levantó la mano para mirar su reloj.

“Sí, me iré en este instante. Si ocurre algo, solo llámame”.

Nicole asintió. Clayton dijo unas palabras más y se marchó a toda prisa tras despedirse.

La farsa de Ingrid no tuvo efectos secundarios sustanciales en Clayton, así que no le importaba la respuesta de la Corporación Ferguson.

No le importaba con tal de que Nicole fuera feliz.

Eric llamó a Nicole, pero ella seguía sin contestar. Los mensajes que le enviaba eran como piedras que se hundían en el mar.

Su actitud distante era suficiente para explicar todo.

Al cabo de unos días, Eric no pudo evitarlo y se apresuró a ir a la Mansión Stanton.

Como resultado, el mayordomo le dijo a Eric con franqueza: “La Señorita Stanton se fue a Ciudad Arena”.

‘¿Ella realmente volvió al lugar donde casi pierde la vida?’. El corazón de Eric ferozmente dio un vuelco. Su humor se volvió inmediatamente sombrío.

En el coche.

Toto lo miró con cautela. “Señor Ferguson, creo que debería calmarse. No creo que la Señorita Stanton quiera verlo en este momento…”.

Al escuchar esto, Eric se sintió aún más sofocado. Sus ojos eran oscuros y hoscos.

“De todas formas, ella nunca ha tomado la iniciativa de verme”.

Toto frunció los labios. “La ausencia hace que se refuerce el amor. El enojo de la Señorita Stanton terminará desapareciendo. Quizá se sienta mejor cuando vuelva…”.

Eric le dirigió una mirada indiferente.

Si no fuera por la mala idea de Toto, quien encontró la forma de arreglar el desorden con el departamento de relaciones públicas, ¡Eric habría arrojado a este molesto gordito al Río Sena para alimentar a los peces!

“¿Hay alguna noticia del Viejo Amo Ferguson?”.

Toto entonces recordó que él ahora era algo más que un simple trabajador ocasional, era casi lo suficientemente competente como para hacer el trabajo de Mitchell.