La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 81

El cielo se fue oscureciendo gradualmente hasta adquirir un tono azul oscuro. El cielo melancólico acompañado del frío de la tarde resultaba bastante desconcertante.

Nicole vio que ya era casi la hora, así que se dirigió al vestidor de su despacho, donde tenía siempre disponibles las últimas colecciones de sus marcas favoritas. Escogió un decente vestido de lujo hasta la rodilla, y lo combinó con un bolso de edición limitada y unos bonitos tacones de aguja.

Cuando Nicole llegó al club, nadie la reconoció. Todo el mundo estaba charlando con la gente que conocían bien. No había ningún tema en esta reunión y parecía que era puramente para que esas damas de la alta sociedad pasaran el tiempo.

Nicole tomó un plato de entremeses y lo comió lentamente. Se sentó en una esquina y miró a su alrededor. ‘No hay rastro de Samantha Lindt por ninguna parte. ¿Ella no va a venir?’.

“¿Nicole?”. La persona que estaba frente a ella la miró sorprendida.

Nicole levantó las cejas. “¿Carter? ¿Por qué estás aquí?”.

“¡Estamos realmente destinados a estar juntos! Es el destino el que nos ha traído aquí en este momento…”, Ian levantó una ceja.

Nicole le lanzó una mirada de reojo. “¿Puedes ser serio por una vez?”.

“Mi madre quería unos pasteles del club y me mandó a buscarlos”. Ian se encogió de hombros con impotencia.

Nicole sonrió y pensó: ‘La señora Carter es toda una amante de la comida’.

“¿Qué hay de ti?”.

“Yo Uhm… solo vine a divertirme, pero resulta que la ‘diversión’ no apareció…”, Nicole sonrió. Miró la hora y se levantó, pero Ian tiró de su muñeca.

“¿A dónde vas?”.

Nicole lo miró con impotencia. “Voy al baño, luego me iré en un momento”.

Ian le soltó la mano y, naturalmente, no quiso renunciar a una oportunidad tan buena de pasar tiempo con Nicole. “Te esperaré y te llevaré a casa”.

“He conducido hasta aquí”.

“¡Entonces puedes llevarme a casa!”.

......

“No seas tan ingenua. Si este fuera mi negocio familiar, me habría deshecho de esa mujer. ¿Cómo se atreve a ir por ahí como si ella fuera alguien importante?”.

“¡Sí, Samantha, deberías darle una lección! ¿Por qué tienes miedo de esa zorra de todos modos?”.

......

Nicole enganchó los labios y dio un paso atrás para llamar a Ian. “¿Puedes hacer algo por mí? Tengo algo en el bolso…”.

Tras colgar, pasó un camarero con una bandeja de vino. Nicole cogió una copa y se acercó al grupo de mujeres chismosas.

“Tengo curiosidad… ¿Qué lección quiere darme, Señora Lindt?”.

El repentino comentario de Nicole hizo que las tres mujeres de la esquina se quedarán congeladas en su sitio, especialmente Samantha. Un rastro de pánico apareció en su rostro, pero rápidamente recuperó la compostura.

“Vicepresidenta Nicole, qué casualidad…”.

“No lo es. He venido aquí a propósito para buscarte”. Nicole le sonrió a Samantha. Levantó la copa que tenía en la mano, la inclinó suavemente y derramó todo el vino tinto sobre la cabeza de Samantha.