La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 825

Las palabras de Clayton implicaban que solo había comprado este lugar para estar más cerca de Nicole.

Nicole se sorprendió por un momento, pero luego recuperó su compostura.

“Ese apartamento se vendió. Hace unos años era relativamente codiciado. Mi tercer hermano me lo compró con el pago de su primera película. Pero lo bueno es que los alrededores son una zona próspera. La Gran Mansión es la única propiedad en Atlanta que siguió manteniendo sus altos precios durante la crisis inmobiliaria”.

Después de todo, las propiedades de aquí solo se vendían a los ricos, así que, ¿por qué serían tan calculadores con esa pequeña diferencia de precio?

Además, un inversionista tan respetable como Clayton lo había comprado sin siquiera pestañear.

Ante ese pensamiento, Nicole tenía plena confianza en ese proyecto de la Ciudad Arena. Ella quería impulsar la industria inmobiliaria allí.

Clayton se rio y no podía evitar sujetarse la frente. '¿Ella entendió mal el punto?'.

Sin embargo, él le dirigió una mirada apreciativa.

"Señorita Stanton, realmente le haces honor a tu nombre. ¡Conoces el mercado como la palma de tu mano!”.

Nicole se rio y levantó la barbilla. "¡Siempre me ha interesado mucho esta industria lucrativa!".

Clayton se quedó sin palabras.

Él se adelantó y abrió la puerta, y luego le abrió paso a ella. "Por favor, pasa…”.

En cuanto Nicole entró, vio que el mobiliario estaba completamente automatizado y controlado por sistemas de inteligencia artificial.

Clayton estaba muy interesado en este ámbito. De lo contrario, no habría invertido en el campo de la inteligencia artificial.

Por lo que Nicole sabía, el sistema doméstico inteligente más avanzado y completo debía ser el de Dinamarca.

Clayton debió haberse tomado muchas molestias para instalar un sistema así en Mediania.

Una vez dentro, el sistema identificó automáticamente al propietario. Dos pares de zapatillas, una versión masculina y otra femenina, aparecieron automáticamente en el zapatero.

"¡Bienvenido a casa, Amo!”.

Nicole llevaba un abrigo grueso y un vestido ajustado por dentro, de modo que si se ponía en cuclillas, su abrigo tocaría el suelo.

Ella se detuvo unos segundos y se sintió un poco perezosa para cambiarse los zapatos, por lo tanto no quiso entrar.

Sin embargo, en el segundo siguiente, Clayton se puso de repente en cuclillas con una rodilla delante de ella para ayudarla a cambiarse las pantuflas.

Nicole se sintió halagada y le agradeció repetidamente. Se sentía realmente avergonzada si se iba ahora al ver el entusiasmo de Clayton.