La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 949

Eric miró su perfil, tranquilo y hermoso, pero ya no le pertenecía.

Los pensamientos oscuros siempre se gestaban en su corazón. Si ella no le pertenecía, ¿por qué no simplemente arruinarla entonces?

......

Nicole vio que Yvette había terminado de regañar a Sean y se acercó cuando la llamó.

La expresión de Sean no se veía bien.

Ellas estaban a punto de irse cuando sonó la voz de Sean, ronca como si lo hubieran cortado con un cuchillo.

“Yvette, aparte de este asunto, nunca te he mentido. Le dije que nos vamos a divorciar por la tarde. Por favor…".

Por favor, espérame.

Antes de que él pudiera terminar, Yvette se burló de él.

“Ustedes dos son la pareja perfecta el uno para el otro, así que no deben divorciarse por mí. Tuve mucha mala suerte de pisar mi*rda de perro como tú. ¡No me dejes volver a verte en Atlanta nunca más, o te golpearé cada vez que lo haga!”.

Después de jugar durante tanto tiempo, su corazón finalmente decidió calmarse y aceptó a un hombre que quería mantener en su vida durante mucho tiempo.

¿Cuál fue el resultado?

Ja, ja, ese hombre ya estaba casado.

No importa cuán inferior y cuánto le encantaba jugar, Yvette nunca cruzaría los límites de su moralidad.

¡No valía la pena!

Yvette soltó esas palabras maliciosas y se fue con Nicole.

Mitchell miró a Eric parado en la puerta, dudando si decirle o no, pero Eric no tenía ninguna intención de ir con Sean. Parecía que su decisión no cambiaría.

De regreso.

Nicole miró a la furiosa Yvette y se frotó las sienes.

"¿Todavía estás enfadada?".

"¿Cómo no?".

“Eric decidió retrasar la cooperación indefinidamente. Si lo que dijiste es cierto, la cooperación entre ellos está arruinada. Según la personalidad de Eric, no le dará a Sean una segunda oportunidad”.

Ellas llegaron abajo a la oficina de Yvette.

Yvette respiró hondo, su rostro visiblemente pálido. Ella todavía no sabía cómo explicárselo a su madre…

Ella tiró de la mano de Nicole con fuerza y ​​​​no la soltó. “Yo… estoy nerviosa. Tengo miedo. ¿Ven conmigo?”.

Nicole se quedó sin palabras.

Yvette dijo débilmente: “A mi mamá siempre le has gustado más. Ella dijo que tu carácter es el más parecido al de ella. Ven conmigo, ¿por favor?”.

Nicole asintió impotentemente. "Está bien, pero no te ayudaré si te golpean".

Yvette asintió. Ella sabía que si realmente iba a recibir una paliza, ni Dios podría salvarla.

La señora de la recepción tenía una buena relación con Yvette y la recibió con una sonrisa.

"Señorita Quimbey, la Presidenta Quimbey la ha estado esperando desde hace mucho tiempo…”.

El rostro de Yvette se puso aún más pálido.