La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 951

Nicole se quedó atónita y se preguntó por qué Aida Webber quería verla.

Dado que Aida era su futura cuñada, Nicole no podía hacerse la orgullosa.

“Pasa, por favor”.

Ella sonrió y observó entrar a Aida. Aida era amable y bonita, con una sonrisa que hacía que la gente quisiera acercarse a ella, como una brisa de primavera.

“Aida, viniste a buscar a mi hermano mayor, ¿verdad?”.

Ella sonrió. “Quedé en almorzar con él más tarde, pero quería verte primero”.

Nicole levantó las cejas y miró a Logan, quien asintió y se dio la vuelta para marcharse.

Las dos chicas jamás habían estado juntas a solas.

Aunque Nicole lamentaba que Yvette y Grant no terminaron juntos, ella no iba a involucrarse en su relación.

Ella respetaría a quien Grant eligiera.

“¿La Señorita Quimbey se encuentra mejor ahora?”.

Nicole se detuvo un momento. Sus ojos parpadearon ligeramente. “Se encuentra mucho mejor ahora. Acaba de ser dada de alta del hospital”.

“Recuerdo que ustedes dos eran muy cercanas en la escuela secundaria. A menudo ella le regala cosas a Grant en tu nombre, chocolates, bebidas y otras cositas, así que tengo un recuerdo bastante profundo de ella”.

Aida sonrió. Era una sonrisa que parecía un poco tolerante e impotente.

Nicole movió ligeramente las cejas mientras pensaba: ‘Creo que nunca le he pedido a Yvette que le regale algo a Grant…’.

Al ser mujer, ella comprendió inmediatamente lo que Aida quería decir.

Aida debió de haber intuido que Yvette sentía algo por Grant.

Después de todo, era evidente que ella había perdido la compostura esta mañana.

Con el carácter y el temperamento de Aida, no haría en absoluto que los demás se sintieran avergonzados.

Nicole hizo una pausa. “Aida, a mi hermano mayor le gustas mucho, al igual que a toda nuestra familia, así que no tienes que preocuparte por otras mujeres. No tienes que preocuparte por perder a Grant porque pronto seremos una familia. No te preocupes por eso”.

Aida hizo una pausa. Sus bonitas facciones tuvieron una rigidez momentánea. Luego sonrió sinceramente desde el corazón.

“Lo estaba pensando demasiado. No me extraña que tu hermano mayor sea el que más te ama, Nicole. Yo también te amaré mucho”.

Nicole sonrió. Aida no era alguien con segundas intenciones. Ella les haría saber sus preocupaciones, que luego se disiparían. Ese tipo de personas eran probablemente las más sencillas.

Llamaron a la puerta. Antes de que Nicole pudiera hablar, ya había entrado alguien.

Grant vio a dos chicas sentadas tomando café y se sintió un poco impotente.

“Aida, no interrumpas el trabajo de la Pequeña N. Ven a molestarme a mí mejor…”.

Nicole se atragantó y miró atónita a su hermano mayor, quien estaba perdidamente enamorado de Aida. ‘¡¿Cómo es que Grant es aún más cursi que Kai?!’.