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De todos modos, el Pequeño Michael se lo iba a dar a Nicole o a Clayton.
Nicole y Clayton intercambiaron miradas. Los párpados de Clayton saltaron.
Él, quien siempre era de buen corazón, también tenía momentos en los que no podía resistir el impulso de golpear a alguien.
“Me habían dicho que no podía regalar dinero ni joyas. Estos zapatos son tan exquisitos. Eran el artículo más caro de la subasta, ¡así que a todas las chicas les gustará!”.
El Pequeño Michael se acercó alegremente y añadió: “Señora Bonita, ¿te gustan?”.
La cara de Nicole se puso rígida. Después de un largo tiempo, su corazón que latía violentamente se suavizó gradualmente.
‘Después de tanto tiempo, ¿el Pequeño Michael cambió su costumbre de regalarme flores y coronas de luto por los zapatos de una mujer muerta? ¡Realmente no puedo hacer que esto me guste en absoluto!’, pensó Nicole.
“Michael, prométeme que en el futuro me darás regalos normales, ¿de acuerdo?”.
Nicole estaba realmente traumatizada.
El Pequeño Michael frunció el ceño y miró a Nicole, sin comprender del todo su reacción. Luego se dio la vuelta para mirar a Clayton y dijo: “¡Entonces se los daré a Papi para desearle un feliz cumpleaños y una larga vida!”.
Clayton enarcó las cejas. Sentía un dolor punzante en su corazón. “Gracias…”.
‘Parece que tendré que inscribir a mi hijo a un buen curso de repaso de la cultura medianense…’, pensó Clayton.
Él tenía dolor de cabeza y se frotó las sienes. Miró a Nicole.
“¿Conoces a algún conservador de museo? Vamos a donarlo. No quiero volver a ver esa cosa…”.
Nicole asintió. “Está bien, haré que alguien se ponga en contacto contigo más tarde”.
Los zapatos de una mujer muerta no darían tanto miedo si aparecieran en museos y colecciones.
Clayton suspiró, se dio la vuelta y se fue. También tenía ganas de regalar a su hijo.
Nicole frunció los labios y miró al Pequeño Michael. Aquello sí que fue una gran sorpresa.
“¿Qué le pasa a Papi? ¿Por qué quiere regalarlo? Estos zapatos cuestan 12 millones de dólares…”.
Nicole se acercó y tomó la mano del niño.
“Papi cree que otra persona es más adecuada para este regalo”.
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