La Heredera: Gambito de Diamantes romance Capítulo 640

Esteban sonrió. Aprovechando un momento libre, Isabel le envió un mensaje a Paulina en secreto:

[Carlos pretende que tú seas su recompensa. No hay más condición que tu presencia en su vida.]

No importaba si Paulina lo creía o no. Isabel, de cualquier manera, no le daba mucho crédito a lo que Esteban había dicho, pero sentía la necesidad de compartir esta teoría que la inquietaba desde que la escuchó.

...

Por otro lado, Paulina quedó completamente perpleja al leer el mensaje que le había enviado Isabel. ¿No se refería a una simple recompensa material? ¿Qué significaba realmente este mensaje de Isa? Inmediatamente la llamó para aclarar las cosas, pero Isabel estaba a punto de asistir a una fiesta y, con Esteban presente, no respondió la llamada, simplemente la colgó.

Al escuchar el tono de finalización, Paulina volvió a mirar detenidamente el mensaje y respondió: [¿A qué te refieres exactamente?]

Era solo una recompensa monetaria o un favor, ¿por qué de repente la involucraban a ella como si fuera un objeto de transacción?

Isabel: [Mi hermano dice que Carlos te quiere a ti, tú eres la recompensa que él desea.]

Paulina: […]

Todo su cuerpo se estremeció al leer aquellas palabras. ¿La quería a ella? Si realmente la quería... ¡vaya! La idea provocó en ella una mezcla de incredulidad y algo más que no supo identificar.

[No creo que sea verdad.]

Paulina respondió sin pensarlo mucho, resistiéndose a creer en una posibilidad que le parecía demasiado buena o demasiado complicada para ser real.

Isabel fue honesta: [Yo tampoco lo creo, pero eso es lo que él dijo.]

No sabía si era creíble o no, pero eso fue lo que Esteban afirmó con tanta seguridad, y realmente no sabía si podía confiar en su criterio sobre este tema.

Paulina: "..."

¿Tampoco ella lo creía? La respuesta de Isabel provocó una punzada inesperada en su pecho.

[¿Por qué no lo crees?]

¿Por qué al escuchar su "no lo creo", se sentía como si no fuera lo suficientemente buena? Como si Isabel estuviera confirmando algo que ella misma temía.

Isabel: [!!!]

En ese momento, estaba sentada al lado de Esteban, quien revisaba unos documentos en su tableta con expresión concentrada. Al ver el mensaje de Paulina, también se sumió en sus pensamientos, debatiéndose entre la sinceridad y la diplomacia.

¿Por qué no lo creía? ¿Podría decirle la verdad? Mejor no, la verdad podría ser hiriente y ahora Paulina necesitaba apoyo, no más dudas.

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