La Heredera: Gambito de Diamantes romance Capítulo 663

Vanesa estaba rodeada por sus amigas, y Carla Logroño le acercó una copa de vino a la boca.

—¿De verdad te casaste con el señor Méndez?

Vanesa tomó la copa, le lanzó una mirada a Carla y se la bebió de un trago.

—¿Cómo te enteraste?

—Bianca Mares estuvo hoy en el registro civil y te vio con Yeray, firmando los papeles. ¿Qué está pasando aquí?

Casarse bajo esas circunstancias, eso sí que era algo poco común.

La mayoría de las personas se divorcian con discusiones, pero cuando se casan, aunque no sea en un ambiente de pura felicidad, al menos hay algo de entusiasmo y esperanza.

Pero en el caso de Vanesa, el casarse era una batalla...

¡Una batalla, de verdad!

Si ya desde la boda era una pelea, ¿cómo sería la vida de casados? ¿No acabarían incendiando la casa todos los días?

Julia entró desde afuera y, al ver a Vanesa, soltó un "¡oh!".

—Sabía que no pasarías la noche de bodas como corresponde. Carla no me creía.

Con un matrimonio así, ¿qué noche de bodas iba a haber?

Vanesa se sirvió otra copa de vino.

—¿Y tú qué hacías hoy en el registro civil?

—Ayudando a mi tío a divorciarse.

—¿Tu tío se divorcia y tú vas?

Bianca tomó la botella de vino y bebió un sorbo.

—¿No es normal? Ya lo he ayudado a divorciarse siete veces. Me pagan por hacer el papeleo.

Vanesa respondió con desdén.

—Menudo caso.

Hablando del tío de Bianca, hay que decir que realmente se comprometía.

Cualquiera con quien se acostaba, se casaba, y cuando se aburría, se divorciaba.

Un tipo de lo peor, en verdad una joya entre los desgraciados.

Bianca se sentó al lado de Vanesa, apoyando una mano en su hombro.

—¿Y qué estabas pensando? Con lo que vi hoy, pensé que se estaban divorciando, pero luego recordé que ni siquiera estaban casados antes.

—Y luego te veo firmando el acta de matrimonio.

¿Quién se lo iba a imaginar?

Vanesa y Yeray peleaban como perros y gatos, y aun así, mientras firmaban, seguían discutiendo.

Carla también preguntó:

—Sí, ¿qué onda con ustedes? No nos habías dicho nada de Yeray antes.

—¿Que no le gustaba tu hermana menor? ¿Entonces ahora qué se trae?

Vanesa bufó.

—¿A él? ¿Que le guste Isa? Por favor, ¿a quién le va a gustar ese payaso?

Carla se quedó perpleja.

—¿Ah?

¿No era así?

Todo París sabía que Isabel era la ex prometida de Yeray. Ahora se estaba por casar con el señor Allende.

Todo esto era un verdadero lío, difícil de asimilar de inmediato.

Además, la señora Blanchet había publicado varias veces sobre su "nuera"...

Todo el mundo pensaba que Isabel era la hija adoptiva de la familia Allende, y ahora resulta que era más como una nuera en crianza.

Especialmente el mensaje de la madrugada.

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