La Heredera: Gambito de Diamantes romance Capítulo 809

Sin esperar a que Vanesa dijera algo, Celia añadió de inmediato:

—¿A poco no es eso lo que tú llamas “rencor por robarle la esposa”?

Vanesa se quedó sin palabras.

Esto sí que no lo veía venir.

Jamás pensó que el caos en el que estaba metido Dan fuera causado por Yeray.

Bajo la presión de Yeray, que no dejaba de actuar con mano dura una y otra vez, la gente de Dan ya no sabía ni qué hacer.

Carol, que estaba a cargo de la seguridad de Dan, se acercó con sumo respeto:

—Señor, quizá deberíamos...

Pero no le dio tiempo de terminar, porque Dan le soltó un grito furioso:

—¡Lárgate!

Carol se quedó helado.

Dan le lanzó a Yeray una mirada peligrosa y, en voz baja pero con furia, ordenó:

—¡Acaben con ellos!

En ese momento, Dan ya había perdido la cabeza del coraje.

Quería deshacerse de Yeray.

Si Yeray se atrevía a pisar Littassili, él se iba a asegurar de que no saliera de ahí.

Yeray no estaba solo; había traído un buen número de personas, así que en ese instante estalló una pelea brutal entre ambos bandos.

Justo entonces, uno de los hombres de Dan se acercó corriendo para reportar:

—Señor, tenemos un problema. La señora Torres ha desaparecido.

Dan sintió cómo todo su mundo se detenía.

Carol también quedó en shock.

La pelea seguía con balas volando por todos lados, pero para Dan, de pronto todo quedó en silencio.

Clavando la mirada en el mensajero, preguntó con voz tensa:

—¿Qué dijiste?

Casi ni escuchaba su propia voz.

Solo un pensamiento giraba en su cabeza: si la señora Torres desaparecía, todas las culpas y las miradas se voltearían hacia él.

Por un instante...

Era como si estuviera parado justo en medio de la tormenta, esperando que todas las olas lo arrastraran.

—Durante la reunión de los ancianos en la mañana, la señora Torres desapareció camino al evento —agregó el mensajero, temblando de miedo.

Dan no contestó.

La reunión de los ancianos...

Recordó que una semana antes ya sabía de esa junta, y que Alicia aprovecharía para, por fin, dejar a Patrick fuera del juego.