Entrar Via

La Heredera: Gambito de Diamantes romance Capítulo 851

Pensar en todo el sufrimiento que había pasado esos años en ese lugar hizo que la rabia se apoderara de los ojos de Flora Méndez, nublándole la mirada.

Veía a Isabel Allende rodeada de admiradores, como si toda la atención del mundo girara a su alrededor. Alguna vez, Flora también había estado en ese lugar, viviendo entre lujos, siendo la consentida de la familia Méndez…

Pero todo cambió, y para ella no había duda: todo era culpa de Isabel.

—Isabel, eres una desgracia, ¡tú arruinaste mi vida! Ojalá nunca tengas paz, te maldigo, vas a perderlo todo.

—Te maldigo para que termines igual que yo —gritó Flora, fuera de sí, la voz desgarrada por la desesperación.

El mayordomo, alarmado, volvió la mirada hacia los dos empleados de la casa.

—¡Llévensela de inmediato!

—¡No! ¡Yo no me voy! ¡No quiero regresar a ese lugar! ¡Quiero volver a mi casa, llévenme con la familia Méndez!

—¡Isabel…!

Isabel apenas se dignó a levantar la vista para mirarla. Su voz era tan tranquila que parecía que nada podía sacudirla.

—Todo lo que te pasó no fue por mí —dijo Isabel, sin alterarse.

Flora se quedó callada, tragando saliva, la rabia y la impotencia retorciéndosele en el pecho.

Isabel la miró de nuevo, sacando a relucir lo sucedido tres años atrás. Su mirada era serena, pero cada palabra pesaba como una losa.

—Hace tres años, mientras la familia Allende pasaba por un mal momento, tú aprovechaste para buscar a alguien que me secuestrara. Incluso planeaste cómo meterte en la cama de Esteban Allende.

—Pensaste en todo: que yo desaparecería, que lograrías quedarte embarazada de Esteban, que todo te saldría perfecto. Pero no calculaste el giro inesperado que dio Yeray Méndez.

Ese día…

Esteban perseguía a Yeray, sin darle tregua, hasta que Yeray decidió enfrentarlo y contarle toda la verdad. En realidad, Yeray solo cooperó porque quería que Flora bajara la guardia.

Flora había planeado todo al milímetro, buscando que Isabel quedara arruinada para siempre. Pero Yeray aprovechó el mínimo descuido para ayudar a Isabel a escapar de París.

Flora fingía que solo quería que Isabel se alejara de la familia Allende, pero en realidad, en el camino, había preparado toda clase de peligros para ella. Si uno solo de esos planes hubiera funcionado, ni Isabel ni Esteban estarían ahí ahora.

En aquel entonces, Flora estaba obsesionada con Esteban, mucho más decidida que Sylvie Masson.

Flora no pronunció palabra, pero su cara se fue poniendo pálida como una sábana.

Nuestro precio es solo 1/4 del de otros proveedores

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Heredera: Gambito de Diamantes