La Heredera Revelada: El Camino del Poder romance Capítulo 19

Aurora continuaba sujetando la pierna izquierda de Dante, con el ceño ligeramente fruncido. Sus dedos, un poco fríos, sentían a través de la tela del pantalón los cambios en los músculos.

Era extraño.

Muy extraño.

Podía sentir cómo los músculos de él cambiaban, pero no había sensación alguna.

Aurora levantó la mirada, observando a Dante con curiosidad.

Sin embargo, al apretar su pierna, él seguía sin reaccionar.

Este era, sin duda, el caso más raro que le había tocado atender.

Dante, por su parte, permanecía impasible, mirando fijamente a Aurora.

Simón estaba justo al lado, viendo cómo las manos delgadas y blancas de su hermana manipulaban la pierna de ese maldito Olivera. Su expresión, que al principio era de desdén, poco a poco se tornó en desconcierto.

Pero cuando vio los ojos oscuros de Olivera clavados en su hermana, se enfureció.

—¡Oye! ¿Qué miras, Dante?

Con un paso rápido, jaló a su hermana hacia atrás, sus ojos fijos en Dante con furia.

¡Ese maldito Olivera!

¡Cómo miraba a su hermana era claro que no era normal!

Como tipo, sabía perfectamente lo que pasaba por la mente de ese maldito Olivera.

—¿Simón? —Aurora estaba un poco confundida.

Ella seguía concentrada en la pierna de Dante, sin haber llegado a ninguna conclusión, y ahora Simón la interrumpía.

Dante salió de su ensimismamiento, mirando a Simón con sorpresa.

—Señor Simón, ¿hay algún problema? —Luego miró a Aurora—. La señorita Lobos solo me estaba revisando la pierna.

—¡Tú!

¡Se hacía el inocente!

Simón se puso serio.

—¿Revisando la pierna, dices? Mi hermana es la cirujana principal del Hospital San Rafael del Cielo. Si quieres que ella te revise, ¡paga!

¿Pensabas irte de gratis? ¡Ni en sueños!

—De acuerdo.

Dante no dijo nada más y ordenó a Marcelo:

—Llévale a señor Simón y a la señorita Lobos lo que preparamos.

Al escuchar esto, Marcelo se quedó atónito.

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