La Heredera Revelada: El Camino del Poder romance Capítulo 210

Justo en ese momento, un carro se detuvo lentamente en la entrada del complejo de mansiones.

La puerta del carro se abrió, y Julieta Almeida descendió con elegancia.

Hoy, Julieta había puesto especial empeño en su apariencia. Su cabello con ondas sueltas caía con gracia, vestía un vestido nuevo de Chanel, llevaba zapatos de tacón Dior, y en su muñeca colgaba un bolso Hermès. Su presencia estaba llena de brillo y glamour, como si quisiera dejar claro a todos que era una mujer adinerada.

Al bajar del carro, inmediatamente atrajo la atención de las personas alrededor.

En especial, el guardia de seguridad en la entrada no pudo evitar mirarla con admiración.

Julieta también notó las miradas a su alrededor. Sonrió con satisfacción, adoptando una pose que consideraba elegante, y con un movimiento coqueto, se dirigió hacia la entrada del complejo.

Había venido a Residencial Aguas Serenas porque había escuchado que el segundo hijo de los Olivera, Dante Olivera, regresaría a Nueva Granada esos días. Se rumoreaba que la familia Olivera tenía una propiedad en el complejo.

Julieta había averiguado que Dante probablemente estaría hospedándose allí, así que decidió probar suerte y ver si podía encontrarse con él de manera fortuita. Con suerte, podría aprovechar esa oportunidad...

Con ese pensamiento, los ojos de Julieta brillaron con determinación.

Aurora y Verónica llegaron a la entrada del complejo y de inmediato fueron detenidas por el guardia de seguridad.

—¿En qué puedo ayudarles, señoritas? —preguntó el guardia con un tono formal, sus ojos mostrando un toque de evaluación.

Aurora respondió con calma:

—Venimos a ver a la familia Lobos.

Al escuchar esto, el guardia mostró un ligero interés, como si algo le viniera a la mente.

Sin embargo, cuando miró a Aurora, su expresión se tornó un poco escéptica.

Ese día, Aurora llevaba un atuendo sencillo: una sudadera blanca con jeans y zapatos planos, sin maquillaje ni joyas, parecía una estudiante universitaria cualquiera.

La mujer de vestido rojo a su lado también lucía joven y sin adornos de joyería en su cuerpo o muñeca.

Aurora frunció ligeramente el ceño, su voz permaneció tranquila pero distante.

—Soy Aurora, la señorita Aurora Lobos.

El guardia esbozó una sonrisa burlona, su mirada se tornó aún más desdeñosa.

—¿Aurora Lobos? Vaya, señorita, qué chistosa. Sabemos que Aurora Lobos regresará a casa hoy, ya nos informaron. Pero la verdadera señorita Lobos es una auténtica dama de alta sociedad, de refinada elegancia, no cualquiera puede hacerse pasar por ella.

Mientras hablaba, su mirada señalaba intencionalmente el atuendo común de Aurora, su tono estaba cargado de sarcasmo.

No creía en absoluto que Aurora fuera Aurora Lobos.

—Señor guardia, ¿sería posible...?

Julieta, sin el pase de acceso al complejo, intentó convencer al guardia con un tono zalamero para que la dejara entrar.