La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 1107

“Tu preciosa mujer estuvo una vez completamente enamorada de mí durante tres años”, respondió Alejandro con calma. “Yo también la tuve. Antes que tú. Érase una vez, yo era el único en sus ojos. Pero ahora tú eres el único en sus ojos. Yo simplemente no podía aceptarlo. Era joven y tonto, y la venganza era lo único en lo que podía pensar. Realmente no presté atención a la mujer que compartía mi cama. Échale la culpa al arrepentimiento. No hay nada de malo en querer compensarlo, ¿verdad?”.

Las palabras “mujer que compartía mi cama” provocaron la ira de Jackson una vez más. ¿No le estaba diciendo directamente que alguien más se había acostado antes con su esposa? Hubiera estado bien si el asunto no se hubiera planteado, pero era repugnante escucharlo. “¿Compensarlo? ¡Ja! ¿Crees que te lo mereces? Ella y yo nunca nos hubiéramos involucrado si no hubieras destruido a su familia y matado a su padre. Para ella, sería mejor si nunca volvieras a mostrar tu rostro frente a ella. Y, eres lo suficientemente ingenuo como para pensar en compensarla. ¿No eres repugnante? No me importa lo que pasó entre ustedes en el pasado, ¿pero ahora? Tócala y mira qué pasa, ¡te reto!”.

Los ojos de Alejandro se llenaron de burla. Con calma jugueteó con el anillo de bodas en su dedo. “Todavía no me has hecho nada. ¿No es porque tienes miedo? Tienes miedo de que Tiffany descubra que soy Ethan y tienes miedo del daño que causarás una vez que hayas hecho un movimiento, y que nunca podrás borrarlo. No puedes abandonar a tu esposa y violar la ley sin preocuparte. El una vez despreocupado heredero de la familia West ahora tiene las manos y los pies atados después de casarse... Si esto fuera en el pasado, probablemente yo no podría quedarme sentado aquí hablando contigo, ¿verdad?”.

Jackson no era un idiota. Era obvio que Alejandro lo estaba provocandolo con propósito. Si lo golpeaba, ahora mismo, su misión sería un fracaso. Como Alejandro era en realidad Ethan, tendría que esperar a que llegara Mark antes de tomar una decisión. Sin embargo, había pasado mucho tiempo y todavía Mark no aparecía por ningún lado.

Mark se topó directamente con Janice en la esquina de una escalera. Ella se detuvo y no parecía que fuera a dejarlo pasar. Él frunció el ceño con impaciencia. “¿Puedo ayudarte?”.

Janice levantó su falda larga y sonrió. “Nada, es solo que no sé a dónde se ha ido el Sr. West. No conozco a nadie aquí, así que estaba caminando por ahí. No esperaba que usted gastara dinero para traer a otra mujer aquí, en lugar de a la Sra. Tremont. Sr. Tremont... Tengo curiosidad, ¿por qué no me pidió que fuera su cita de último minuto? ¿Es porque está avergonzado?”.