La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 1129

Arianne sentía una clase de vacío en el fondo. Su relación podría parecer que no tiene problemas en la superficie, pero en realidad, todavía era frágil. Basado en todo lo que había sucedido hoy, eso estaba claro.

Ella se quedó profundamente dormida antes de que Mark saliera del baño, probablemente porque era más fácil conciliar el sueño en la oscuridad.

Después de un tiempo desconocido, ella sentía que algo se movía a su lado. Abrió los ojos, solo un poco, y encontró a Mark revisando el teléfono de ella. Ella fingió no notarlo, esperando que esto le brindara alguna forma de seguridad. Probablemente estaba tratando de confirmar si ella había guardado los datos de contacto de Will. Afortunadamente, ella no había hecho...

Arianne se despertó antes del amanecer del día siguiente porque se había acostado temprano. Mark todavía estaba profundamente dormido. Silenciosamente se levantó y se dio una ducha. Ella anhelaba por Aristotle. Esta era la primera vez que pasaba la noche fuera de casa desde el nacimiento de Aristotle.

Salió del baño distraídamente después de la ducha. Ella saltó del susto. Mark se había despertado en algún momento y ¡estaba apoyado contra la pared de la puerta del baño!

Ella recuperó sus sentidos. "¿Estás despierto? Todavía es temprano. ¿Por qué no... nos vamos a casa por un rato? Podemos cambiarnos de ropa y ver a Smore también. Estoy un poco inquieta, no hemos estado en casa por una noche entera".

Mark asintió, volvió a la cama, se quitó la bata y se cambió. Levantó la mano para acomodarse el cabello detrás de la oreja. Tomó su ropa y se cambió en el baño. Realmente le dio un susto.

Mark no pagó la habitación cuando se fueron. Eso significaba que este hotel también le pertenecía a los Tremont.

Aristotle lo miró fijamente mientras amamantaba su leche. Incluso extendió su pequeño brazo. Avanzó adelante. Aristotle agarró su corbata y tiró de ella. Su corbata casi atada se volvió a deshacer. Él no se enojó y, en cambio, pellizcó la mejilla regordeta de Aristotle. Entonces, se hizo a un lado.

Arianne no podía soportarlo más. "¿Debes hacer esto? Ni siquiera es culpa mía. ¿Por qué diablos estás tan enojado? Dices que está bien, pero en el fondo sientes asco. Hipócrita…".

"¿Lo soy?". Mark la miró.

"¿No te puedes percatar si lo estás?". Ella murmuró. “Pensé que salir contigo en una cita iba a ser tan perfecto y romántico. Has estropeado mi fantasía".