La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 1807

La conmoción fue lo suficientemente sonora como para atraer a una doctora y algunas enfermeras, pero ninguna de ellas logró desescalar. El hombre estaba simplemente demasiado borracho con la justicia recíproca, ojo por ojo, que dejó de considerar cualquier otra cosa.

“¡Si tanto quieres abofetear a alguien, entonces abofeteame a mí! Si tienes las pelotas para hacer eso, entonces ven, ¡muéstrame lo que tienes!". Arianne le espetó al hombre cuando su paciencia terminó en angustia. “Pero será mejor que este sea el final de esta estúpida disputa entre los niños, ¿me oyes? Una vez que me golpeas, ¡cualquier cosa que venga después es estrictamente entre nosotros los adultos!".

Tiffany se metió y protegió a Arianne. “¡Qué demonios! ¡¿Estás alucinando, chica?! Este tipo al que le estás agitando tu paño rojo tiene la estatura de un búfalo, ¡por el amor de Dios! ¡Él puede literalmente molerte a palos! Escucha, cariño, ten paciencia; Jackson está en camino. ¡Lo llamé hace un momento!".

Mientras tanto, Smore, que había vivido tres años sin someterse a la voluntad de nadie, reaccionó a la amenaza que se cernía sobre su madre con un rugido furioso. "Si alguno de ustedes golpea a mi Mamá, ¡juro que Papá los matará a todos!".

El padre, en el colmo de su furia y desprecio, farfulló en dirección al suelo. "¡Ni siquiera sé quién es tu papá! Déjame decirte, niño, en esta parte de la ciudad, ¡nadie tiene la intención de estar lo suficientemente en cuclillas como para merecer mi atención! Entonces, ¿quién es tu papá tan poderoso, eh? ¿Cuál es su nombre? ¡Dime a quién debo recordar darle una lección la próxima vez!".

Antes de que Smore pudiera responderle, la voz de Jackson sonó en una esquina y resonó en el pasillo, anunciando su llegada. "Oh, tienes razón sobre recordar nombres, está bien, recordar a quién no enojar, por ejemplo. Nadie en esta ciudad significa nada para ti, ¿Chico duro? ¿Estás seguro de eso?".

Los ojos giraron desde lo que sea que estaban enfocando hace un milisegundo para enfocarse en el recién llegado. Tiffany, en particular, lo abrazó en un arrebato de alivio. “¡Tú... estás... finalmente... aquí! ¡Dios mío, estaba taaaan asustada! Ellos estaban tan cerca... sniff, sniff... a ir a lo f-f-físico...".

Jackson le dio unas palmaditas a Tiffany para calmar su miedo. “Ya, ya, cariño. Va a estar bien... estoy aquí. Nadie te va a tocar bajo mi guardia".

Sin embargo, la llegada del hombre no fue un alivio para Pequeño P, quien inmediatamente se zambulló detrás de la espalda de Arianne, con la esperanza de que ella disuadiera de que el castigo de su padre lo alcanzara. Smore, sin embargo, cuadró los hombros y protegió a su amigo con su cuerpo. "¡No tengas miedo! Yo te protegeré. No fuiste tú quien golpeó a alguien, ¡fui yo! ¡Tu papá no tiene ninguna razón para hacerte algo!".

Arianne se tambaleó hacia atrás y miró perpleja al vacío. La fe implacable de Smore en sus capacidades era en realidad solo un corolario de su naturaleza, ¿eh?

De cualquier manera, la llegada de Jackson le dio a Arianne la oportunidad de suspirar de alivio. Aunque la multitud todavía los superaba en número, la posibilidad de una escalada de violencia ahora se había vuelto notablemente menos segura.

"Eh, tampoco creo que los haya visto nunca. Sus rostros no parecen pertenecer a ningún arma grande, eso es seguro", intervino Tiffany en voz baja.

Arianne entendió su implicación. Cualquiera que fuera lo suficientemente importante e influyente como para ser reconocido como "los peces gordos" habría reconocido a Jackson de inmediato. El círculo social de la élite del uno por ciento no era ni lo suficientemente pequeño para ser contado con una mano ni lo suficientemente grande como para tener miembros que Arianne nunca había visto antes; los pájaros del mismo plumaje se juntan, después de todo, por lo que los miembros del círculo siempre habían sido los mismos pocos rostros familiares.

Todos los involucrados finalmente estaban afuera de la entrada del hospital. El padre de la víctima comenzó sin ningún preámbulo extendiendo un dedo acusador a Jackson.

Sin embargo, antes de que pudiera jactarse de rudo, Jackson agarró al hombre del brazo, lo arrastró hacia él y lo arrojó sobre su hombro.

Cuando el suelo rompió la caída del hombre, Jackson se burló: "No me apuntes con ese dedo tuyo... a menos que quieras que toda tu mano quede lisiada".