La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 368

Tiffany ralentizó su paso de inmediato. Su corazón latía salvajemente, esperando que fuera solo una coincidencia.

Cuando Summer terminó su llamada telefónica, vio a Tiffany parada al pie de la escalera insegura de sí misma. Llamó a Tiffany. “Vamos a desayunar, Tiffie. Acabo de hablar con tu madre por teléfono. Está encantada cuando supo que estás saliendo con Jackson. Incluso la invité a tomar un té hoy”.

Eso era cierto. Lo que más le preocupaba había sucedido...

“Sra. West, ¿cómo obtuvo el número de mi madre?”, Tiffany ni siquiera pudo forzar una sonrisa en su rostro.

“Bueno, sobre eso… tengo mis formas de obtener su número. No tienes que estar tan sorprendida. ¿Qué pasa? ¿Por qué pareces molesta? ¿Me estás culpando por llamar a tu madre sin avisarte primero? No creo que sea inapropiado para mí hacer tal cosa”. Cuando Summer notó los cambios en la expresión de Tiffany, la atmósfera, naturalmente, se volvió un poco tensa.

Ya que eso había sucedido, Tiffany solo podía aceptarlo. “Sra. West, no estoy molesta. Es solo que... Olvidémoslo. No es gran cosa. Deberíamos desayunar ahora. Tengo que ir a trabajar”. No quería contarle a Summer lo malvada que era su madre. Era demasiado y no se atrevía a mencionarlo. Además, ella solo estaba montando un espectáculo con Jackson, era innecesario hablar de su madre con Summer.

Jackson finalmente apareció a la mitad del desayuno, luciendo enérgico. Cuando se sentó, usó su mano izquierda para comer. Sorprendentemente, no le pareció extraño usar la mano izquierda. De hecho, lo había usado sin problemas.

Sorprendida, Tiffany preguntó: “¿Eres zurdo? Pero siempre te veo comiendo con la mano derecha…”,

Jackson se quejó. “No puedo usar mi mano derecha ahora. Anoche fue aplastada por una pata de cerdo”.

La cara de Tiffany se sonrojó, sin palabras. No pensó que le había hecho mucho daño.

Summer no se compadeció de su hijo. Ella solo sonrió ampliamente.

El perro caniche de Summer corrió pidiendo comida. Levantó al perro caniche y le dio de comer una tarta de huevo. Ella arrulló: “Porotito, te llevaré a dar un paseo cuando termines tu comida. Será mejor que te portes bien”.

...

En el Chalet de Tremont.

Arianne y Mark se sentaron en silencio a la mesa del comedor. Sucedía con tanta frecuencia que nadie pensó que era extraño.