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La tienda estuvo cerrada por un tiempo durante la temporada navideña. Lynn y Tanya regresaron a sus propias casas para pasar la Navidad con sus familias, pero Arianne y Tiffany solo se tenían la una a la otra. Esta fue la primera vez que pasaron la Navidad en una ciudad diferente. En Nochebuena, Tiffany tuvo una llamada de una hora con Lillian. Arianne se quedó mirando la fría noche de Navidad.
De repente, sonó el teléfono de Arianne. Ella pensó que era un simple saludo navideño y no se molestó. Cogió su teléfono y lo miró, luego se dio cuenta de que era de Helen. El contenido del mensaje puede haber sido un saludo, pero hubo una transferencia bancaria de 1.500 dólares a su cuenta bancaria. Aparentemente, era un regalo de Navidad, para compensar todos los regalos que le debía cuando era más joven.
No sintió nada y simplemente le respondió con dos palabras: Feliz Navidad.
Helen estaba de pie frente a una ventana cuando recibió el mensaje y sonrió. Afuera estaba nevando mucho y su único ser querido estaba fuera de su alcance. Sintió una sensación de calidez cuando vio esas palabras en la pantalla de su teléfono helado. Este fue el mejor regalo que pudo pedir esta Navidad.
De repente, apareció una notificación de llamada sobre el mensaje. Helen frunció el ceño y respondió a la llamada: "¿Hola?"
Desde el otro extremo de la línea, las primeras palabras de Aery fueron: "Feliz Navidad, madre. ¿Dónde está mi regalo? No estoy en el país, pero no has olvidado mi regalo, ¿verdad?
Helen hizo una pausa, "Lo tengo. Te lo enviaré más tarde ".
En ese momento, escuchó el sonido de los fuegos artificiales desde el final de Aery. Helen frunció el ceño, "Se supone que debes estar en Malasia. Es ilegal lanzar fuegos artificiales allí. ¿Sigues en el país?
Aery respondió rápidamente: “¡Por supuesto que sí! Papá compró en secreto algunos fuegos artificiales en el mercado, aunque le dije que no lo hiciera. Me tengo que ir. ¡Recuerda enviar el dinero!"
La llamada terminó muy rápido. Sin embargo, Helen todavía se sentía extremadamente desconfiada. Jean odiaba los problemas y nunca se tomaría la molestia de comprar fuegos artificiales ilegales solo por diversión. Solo podía haber una explicación: ¡la habían engañado! Jean y Aery nunca debieron haber salido del país con los gastos de subsistencia mensuales que ella había proporcionado.
Tenía muchas ganas de investigar esto, pero cambió de opinión después de pensarlo un poco. Independientemente de si le habían estado mintiendo o no, dejaría de recibir apoyo financiero una vez que Aery terminara sus estudios. No le importaba si Aery estaba estudiando mucho o no. Ella no se atrevía a preocuparse. Estaba extremadamente desilusionada por la familia Kinsey.
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