La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 501

Jean caminó hacia la puerta y se asomó por la mirilla. Afuera estaba oscuro como boca de lobo, no podía ver nada en absoluto. Parecía que alguien había tapado la mirilla. Comenzó a sentirse nervioso, por lo que se hizo sonar brusco y feroz cuando dijo: "¿Quién es?".

Unos segundos más tarde, una voz masculina sonó con indiferencia desde el otro lado de la puerta. “Hay un problema con la electricidad en su casa. Estoy aquí para solucionarlo".

Las luces del condominio se apagaron de inmediato, como si estuvieran trabajando en conjunto con la respuesta del hombre.

Aery saltó asustada. “Papá, haz que vengan y arreglen esto. Algo está mal. ¡Está muy oscuro!".

Jean creía que este asunto no era tan simple como parecía. Las luces aún estaban encendidas cuando el hombre llamó a la puerta y solo se apagaron después de que el hombre habló. No bajó la guardia. “Las cajas eléctricas están afuera, justo a tu lado. Tendrás que conseguir una llave de seguridad en la planta baja. ¡Está bloqueado, así que no puedo ayudarte!".

"Tengo las llaves", respondió el hombre de afuera: "Ya lo revisé. El problema no está en los circuitos externos, es un problema interno. Podría ser un peligro si no lo solucionamos. Me iré si se opone a repararlo. Consiga que alguien más lo arregle mañana".

Jean comenzó a relajarse cuando escuchó las palabras del hombre. ¿Y si realmente estaba aquí para arreglar la electricidad? No le gustaba la idea de tropezar en la oscuridad. Después de un momento de vacilación, decidió abrir la puerta. Justo cuando giró la perilla, alguien afuera la abrió violentamente y lo tiró al suelo.

Algunos hombres fornidos irrumpieron y sujetaron a Aery y Jean al sofá en la oscuridad con total precisión.

La electricidad regresó en este mismo momento.

En ese momento, Jean y Aery finalmente vieron las caras de los intrusos. Los hombres musculosos les eran desconocidos, pero conocían el rostro de Henry.

El rostro de Aery se puso pálido. Ella bajó la cabeza con sentimiento de culpa, demasiado asustada para hablar. En este momento, finalmente recordó la advertencia de Helen. Debería haberse tomado en serio la advertencia de su madre. Arianne todavía tenía a Mark apoyándola...

"Señor Kinsey, permítame presentarme. Soy el mayordomo de la familia Tremont, puede llamarme Henry. Debe conocer muy bien el motivo de mi visita de hoy. ¿Estoy seguro de que no se necesita una explicación?". Henry dijo con frialdad mientras se sentaba en el sofá frente a Jean.

Jean seguía insistiendo en negarlo todo. "N-no, no la necesito. ¿No es esta descarada intrusión de privacidad un poco inapropiada incluso si eres miembro de la familia Tremont? No quiero hacer un gran problema con esto, así que seré franco. Vas a asustar a mi hija si haces esto...".

"¡Yo tampoco quiero ir a la cárcel!". Aery gritó: "¡Quiero ver a Mark!".

Henry le dio una mirada a los guardaespaldas, los cuales inmediatamente empujaron a Jean y Aery hacia abajo en el sofá. "¡Quédate abajo!".

Aery empezó a llorar. “Por favor déjame ver a Mark. No quiero ir a la cárcel. Todavía soy muy joven. Mi vida se arruinará si voy a la cárcel. Me disculparé con Arianne, ¿de acuerdo? ¡Me disculparé con esa p**ra!".

Los ojos de Henry se tornaron fríos ante la mención de la palabra ‘p**ra’.

El guardaespaldas que sujetaba a Aery la abofeteó dos veces en la cara. Aery gritó y hundió la cabeza entre las manos, demasiado asustada para hablar ahora.

A Jean le dolía el corazón. Apretó los dientes. "¡Para! Lo confesaré. ¿Eso servirá? ¡Iré a la cárcel, solo deja a mi hija en paz!".