La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 844

Dentro de la pequeña caja de regalo de Tiffany había un par de delicados brazaletes dorados, mientras que el de Tanya tenía un pendiente dorado que representaba el horóscopo del niño atado con una cuerda roja.

Después de examinar los regalos, Arianne le dio un beso en las mejillas hinchadas de Aristotle y arrulló: "Agradecele a tus dos tías, cariño. Tienes que recordarlas cuando seas grande, ¿esta bien? ¡Te amarán mucho!".

Vicky, notando el alboroto, levantó su trasero y se pavoneó hacia ellas. Hoy se había vestido con mucho esplendor. Un fuerte contraste con su presentación más sencilla cuando conoció a Tiffany y Tanya por primera vez, ella ahora estaba deslumbrando con un barniz de magnificencia.

“Oh, ¿ustedes ya están aquí?... ¡Ah, esta debe ser la Sra. Tremont! Un placer conocerte. ¡Soy la novia de Eric! Aquí, esto es para el pequeño corazón. Ricky y yo habíamos comprado este pequeño regalo — ¡ah, mira lo adorable que él es!".

Arianne había escuchado todo sobre Vicky Nathaniel de Tiffany, así que le respondió con una sonrisa cortés mientras Mary recibía el regalo por ella.

Vicky examinó a Tanya y dijo: “¿En serio? ¿Qué pasa con ese atuendo, chica? No pensaste que estabas aquí para comprar comestibles, ¿verdad?”.

Tanya se puso roja brillante, sus dedos hundiéndose en la tela y la agarraron con fuerza. Ella no tenía vestidos de noche, por lo que vestía lo único que tenía: un vestido informal y corriente. Usar algo así entre los miembros de la alta sociedad era presentarse como el patito feo entre los cisnes — incómodo y destacándose de forma llamativa.

Arianne frunció el ceño. “Los Tremont son los dueños de este hotel, así que por muy elegante que deba ser este evento al final se hace lo que yo digo. ¿Y en este momento? Digo que no me importa la ropa que uses. La ropa es algo con lo que cubrirse; no es una tarjeta de presentación. De hecho, esto ni siquiera es un evento de negocios — es una fiesta que celebra el primer mes de mi hijo. He escuchado mucho sobre tu inclinación a decir lo que sea que esté en tu cerebro en voz alta, Vicky, ¡pero nunca esperé que fuera tan cierto!".