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La Reina Top tras su Renacimiento romance Capítulo 28

"Chiquita, no quiero lastimarte", dijo un hombre pelirrojo mientras se acercaba a Vanessa y se frotaba las manos con una sonrisa lasciva: "Si te portas bien y me haces pasar un buen rato, te dejaré ir, ¿qué te parece? Soy un caballero que sabe apreciar la belleza femenina...".

No pudo terminar la frase.

¡Vanessa le propinó una patada directamente en las partes íntimas!

¡Fue rápida y brutal, nadie tuvo tiempo de reaccionar!

Sólo cuando resonaron los alaridos del hombre se dieron cuenta de lo que había pasado, vieron al tipo agachado y cubriéndose la entrepierna, todos cerraron las piernas instintivamente.

"¡Zorra... tú!".

El hombre se agachó con temblor por el dolor y empezó a sudar frío.

¡Sintió que su tesoro estaba arruinado!

"¿Te sientes bien ahora?". Vanessa lo miró desde arriba y le dio otra patada sin piedad que lo tiró al suelo: "Con eso roto, jamás volverás a sentir placer".

El hombre temblaba de dolor y furia, gritó con desesperación: "¡Maldita sea! ¿Qué esperan? ¡A ella! ¡Hoy vamos a acabar con esta zorra!".

"¡Sí, jefe!".

Los matones se abalanzaron en manada, pero Vanessa no mostró miedo alguno. Se frotó las muñecas, acababa de regresar a esta vida y aún no había tenido la oportunidad de estirarse bien.

"Un montón de hombres grandes contra una chica, eso no está bien".

Estaba a punto de actuar cuando una risa suave resonó.

Vanessa se detuvo.

Los matones también miraron instintivamente hacia atrás.

¡Ese hombre definitivamente no era humano!

"Vanessa". Armando avanzó hacia ella y extendiendo la mano: "Límpiame".

Vanessa sonrió y sacó un pañuelo de su bolso para limpiarle las manos.

"Sr. Armando". Isaac y su gente llegaron corriendo, seguidos de varios policías de patrulla.

Al ver a Armando, el líder, el Sr. Medina, palideció y se apresuró a disculparse: "Sr. Armando, lo siento, no hemos mantenido bien el orden en esta área y eso les causó problema a usted y la señorita".

Los matones que estaban en el suelo también palidecieron, temblaban de miedo.

No conocían a Armando, ¡pero sí conocían al equipo de patrulla!

Especialmente al Sr. Medina, quien tenía cierto poder en la comisaría y solía ser muy altanero. Era la primera vez que lo veían asustarse tanto sin la necesidad de que la otra parte hablara...

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