La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 139

Petra pensó que, después de que Benjamín se comió su almuerzo, por lo menos, le haría el favor de verla, considerando que ya se conocían.

Sin embargo, esperó hasta que todos los demás en la sala de recepción se habían ido y nunca recibió ningún aviso de que Benjamín quisiera recibirla.

La chica sentada a su lado también se levantó, y en voz baja le habló.

—Vámonos, mejor regresa mañana.

Petra forzó una sonrisa, tratando de mostrarse tranquila.

—Prefiero esperar un poco más.

La chica suspiró y le murmuró:

—Si no nos vamos, en un rato los de la recepción nos van a sacar.

Petra se quedó sentada, sin moverse ni un centímetro, así que la otra ya no insistió, solo sacudió la cabeza y se marchó.

En pocos minutos, Petra quedó sola en la sala de recepción.

Sus ojos seguían fijos en la dirección del elevador exclusivo para el director, sin atreverse a perder la concentración ni un instante.

Mientras tanto, su mente trabajaba a toda velocidad.

Se dio cuenta de que no podía seguir esperando sin hacer nada.

Tenía que entregar su carta de presentación de inmediato.

Abrió su celular, buscó el contacto de Benjamín y redactó rápido una propuesta sobre cómo Grupo Hurtado podría desplegar sus operaciones en Santa Lucía de los Altos, incluyendo un esquema preliminar para acoplar cada fase clave de los proyectos.

Si Benjamín no quería hacerle un favor, entonces ella le mostraría su verdadero valor.

Después de todo, Petra había vivido diez años en Santa Lucía de los Altos y llevaba siete como emprendedora.

Conocía a la perfección todo lo relacionado con la planeación comercial en Santa Lucía de los Altos.

Si Benjamín quería establecer una planta de reserva de Grupo Hurtado en Santa Lucía de los Altos, ella era capaz de sugerir la mejor ubicación y armar un plan completo para ayudar al grupo a maximizar sus beneficios en el menor tiempo posible.

Esa clase de estrategias las tenía grabadas en la memoria; solo estaba esperando que Nexus Dynamics madurara un poco más para ponerlas en marcha.

Lástima que la situación de Renata lo echó todo a perder.

Petra admitía que antes, al ver a esos profesionales de primera línea rodeando a Benjamín, se sintió intimidada. Pero olvidó que su verdadera cancha no era San Miguel Antiguo.

Estaba convencida de que Benjamín no tenía razones para rechazarla.

Al final, él no tendría que mover un dedo ni mostrar la cara para sacar el máximo provecho.

Y, de paso, Grupo Calvo podría aprovechar el empuje para vender los terrenos con la ayuda de su hermana y aliviar la presión de los pagos pendientes.

Sin embargo, Benjamín volvió a dejarla en visto.

Petra se quedó mirando su celular con desánimo, esperando una respuesta que nunca llegaba.

Sentía que toda su energía se drenaba poco a poco.

Esa espera por un resultado era una verdadera tortura.

La recepcionista no la corrió, así que Petra, ya sin fuerzas, recargó la cabeza sobre la mesa, con la vista fija en el elevador del director. Pasó un buen rato así, hasta que los párpados comenzaron a pesarle.

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