La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 363

Joaquín notó la determinación en los ojos de Petra, mezclada con una inquietud que saltaba a la vista.

—Petra...

Hasta hace poco, él estaba convencido de que Petra jamás lo dejaría.

Pero desde que descubrió que Petra era la señorita de la familia Calvo, esa seguridad empezó a resquebrajarse, lenta pero firme.

Ahora, la mirada de Petra era completamente ajena; sentía cómo su confianza se desmoronaba por dentro.

Con Leandro presente, Petra por fin pudo soltarse de esa situación.

Ella pasó a su lado sin mostrar emoción alguna, los ojos llenos de una indiferencia absoluta.

Cuando Joaquín vio que lo ignoraba de esa manera, se quedó helado. Quiso alcanzarla con la mano, pero Leandro se interpuso y le bloqueó el paso.

En ese momento, a Joaquín ya no le importó que estuvieran en el lobby de la empresa. Él, que casi nunca se atrevía a admitir sus errores frente a la gente, dejó que su voz temblara de ansiedad.

—Petra, lo que dije hace rato fue por enojo, no era en serio... Yo sé que jamás harías nada con el señor Benjamín, solo fue el miedo a perderte... por eso hablé sin pensar...

Aun así, Petra no se detuvo ni un instante ante sus palabras.

Avanzó hasta el ascensor, esperando a que se abrieran las puertas.

Todo lo que Joaquín había hecho ese día la tenía más que harta.

Arrugó la frente, la expresión seria, pensando en cómo evitar cruzarse con Joaquín en la oficina.

Al abrirse el elevador, Petra se metió de inmediato. Justo entonces, recibió un mensaje de Leo.

[Señorita Calvo, tal como sospechaba, anoche Uriel ya empezó a moverse.]

Leo le mandó varios archivos y datos adicionales en ese instante.

Petra revisó la información y una ligera sonrisa apareció en sus labios; levantó la mirada, la comisura de su boca dibujando esa curva que solo aparecía cuando algo le salía bien.

Cecilia no tenía la paciencia de Joaquín, eso estaba claro.

Si en este momento Joaquín fuera llevado a declarar, ¿qué haría Cecilia entonces?

Joaquín no apartaba la vista de Petra. De pronto, la vio levantar la cabeza y mirarlo con una sonrisa, lo que lo dejó completamente desconcertado.