Entrar Via

La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 305

Jimena no hizo el menor intento por levantarse. Ni siquiera se dignó a mirar hacia donde estaba Rosalía, como si todo aquello no fuera con ella.

Federico, que siempre captaba las cosas al vuelo, enseguida se dio cuenta de que ella no tenía ganas de mezclarse con el grupo para jugar.

—Jimena, ¿ahora que conociste al señor Simón, ya no quieres juntarte a jugar con nosotros, los de siempre? —bromeó Federico, pero su tono llevaba un dejo de provocación.

Rosalía volvió a insistir, su sonrisa pintada en el rostro, aunque lo que salía de su boca tenía veneno.

—Anda, Jimena, vente a jugar. No seas así.

Entre los presentes, la mayoría eran viejos conocidos de ambos, y más de uno ya estaba enterado del secreto de Franco y Jimena: habían tenido algo más que amistad, a escondidas de todos.

Jimena, después del día que llevaba, ya no tenía ganas de fingir ni de poner buena cara. Rosalía y Catalina, para acabarla, parecían cortadas con la misma tijera, siempre sabiendo cómo apretar donde más dolía.

Petra, que había estado observando en silencio, no pudo disimular el fastidio que le provocaban las actitudes de las hermanas. Sin dudar, soltó:

—Rosalía, ¿por qué parece que no te hace mucha gracia que mi hermana conociera al señor Simón? ¿Acaso…?

Dejó la frase en el aire, lo justo para que todos comenzaran a imaginar cosas.

En la fiesta de compromiso, la mayoría ignoraba el pasado entre Franco y Jimena, pero los que quedaban ahí en el viñedo sí eran amigos de ambos, sabían de sobra las historias que se tejían en las sombras.

Antes de comprometerse con Franco, Rosalía era la confidente de Jimena, su mejor amiga, por lo menos de cara al público. Nadie hablaba abiertamente del asunto, pero tampoco era un secreto para muchos.

Que Rosalía le había quitado el novio a Jimena ya era algo conocido; nadie podía asegurar que no intentaría hacer lo mismo en el futuro. Después de todo, ya lo había hecho antes.

Tras la intervención de Petra, las miradas sobre Rosalía cambiaron, cargadas de una tensión que se podía cortar con cuchillo y tenedor. Rosalía apretó los dientes, incómoda.

—Petra, ¿vas a empezar con tus tonterías? —masculló, intentando mantener la calma.

Petra la encaró, sin un solo rastro de miedo en la mirada.

—Pues parece que sí te molesta, Rosalía. Hoy que es tu fiesta con Franco, ¿cómo que te pones así? ¿Por qué tanto drama?

Rosalía se quedó helada, notando que Petra lo hacía a propósito, buscando que perdiera los estribos. Petra ya había sembrado la duda en todos. Si Rosalía reaccionaba mal, no haría más que confirmar lo que todos empezaban a sospechar.

Franco, que hasta entonces había permanecido callado, frunció el ceño y le lanzó a Rosalía una mirada tan cortante que cualquiera se habría sentido incómodo.

Capítulo 305 1

Nuestro precio es solo 1/4 del de otros proveedores

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Traición en Vísperas de la Boda