La Valiente Transformación de una Esposa Menospreciada romance Capítulo 10

Llegó el día de la presentación. La tensión en el área creativa era palpable. Los clientes de "Café Divino", una familia de tradición cafetera, eran conocidos por ser exigentes y poco amigos de las extravagancias publicitarias. La propuesta tenía que ser perfecta.

Valentina había pasado la noche anterior repasando cada detalle. Tenía la presentación digital lista, pero también había impreso un juego de notas detalladas y un guion gráfico encuadernado con un acabado impecable. Era su costumbre; siempre le gustaba tener un respaldo físico, algo tangible que demostrara la solidez de su trabajo. Estaba de pie junto a su escritorio, a solo diez minutos de la reunión, dando un último vistazo a los documentos impresos que había organizado meticulosamente sobre la superficie de madera. Llevaba una blusa blanca de seda, elegida específicamente para proyectar una imagen de profesionalismo y pulcritud.

En ese momento, la puerta de su oficina se abrió e Isabella entró con una sonrisa radiante y dos cafés humeantes en la mano.

—¡Día D, Vale! —dijo con un entusiasmo exagerado—. Te traje un cafecito para la buena suerte. El tuyo es el de la izquierda, un latte con leche de almendras, como te gusta.

Valentina la miró con recelo. El gesto era tan inesperado y tan fuera de lugar que sus alarmas internas se dispararon. Sin embargo, antes de que pudiera decir nada, Isabella dio un paso más dentro de la oficina.

Valentina se quedó paralizada por un segundo, mirando el desastre. Su trabajo, arruinado. Su ropa, manchada. Y todo, a minutos de la reunión más importante de la semana. El olor a café quemado y leche de almendras llenó el aire, un aroma que de repente le pareció nauseabundo.

Levantó la vista del escritorio y miró a Isabella. Detrás de la máscara de pánico y torpeza, vio un destello fugaz en sus ojos. Un brillo de triunfo cruel y calculado. No había sido un accidente. Había sido un ataque, tan deliberado y preciso como el de una serpiente.