Cuando llegaron a la mansión, Luciano habló de repente cuando Roxana estaba a punto de ayudar a Magalí a bajarse.
—Si le preocupan sus hijos, ¿por qué va a un lugar como ese?
Roxana notó la expresión distante del hombre a través del espejo retrovisor.
—Señor Fariña, lo dice como si el bar fuera un lugar deshonesto. ¿Usted no estaba allí también? —preguntó ella luego de una pausa.
—A diferencia de usted, yo estaba allí por negocios. Señorita Jerez, a usted sí que la acompañaban varios hombres —replicó.
Roxana no pudo evitar fruncir el ceño ante su burla, pero, en ese momento, también recordó lo que le había dicho en el bar.
—Señorita Jerez, tiene dos hijos, así que le aconsejo que cambie su actitud. Aunque a usted no le importe su reputación, piense en ellos. Me pregunto qué pensarían si supieran que su madre va ese tipo de lugares y habla con cualquier hombre —añadió Luciano con astucia.
No era la primera vez que hablaban de ese tema. Roxana no sabía si era por el vino, pero no pudo reprimir su ira en ese momento.
—Ya que no piensa hacerlo, debería ocuparse de sus propios asuntos a partir de ahora —espetó decepcionada, apartando la mirada.
Acto seguido, abrió la puerta del auto y ayudó a Magalí a bajarse. Por el espejo retrovisor, Luciano vio que se esforzaba por caminar mientras sostenía a su amiga, así que se bajó con el ceño fruncido y quiso ayudarla. Al percibir su intención, Roxana se puso rápido de lado para evitarlo y, mirando al hombre que estaba de pie cerca de ella, dijo con indiferencia:
—Señor Fariña, tiene razón al decir que la gente debe tener cuidado al elegir pareja. No me interesa un hombre casado, así que ya que tiene una prometida, debería mantenerse alejado de mí. —La expresión de Luciano cambió al oír lo que dijo y ella continuó con apatía—: Si la señorita Pedrosa y Estela malinterpretan la situación, podría arruinar la vida feliz de su familia y no sabría cómo compensarlo.
Según Abril, Roxana fue la rompe hogares hace seis años y, por eso, no quería volver a interponerse entre ellos. Él se puso serio al ver su actitud indiferente y el ambiente a su alrededor se puso tenso; sin embargo, Roxana ayudó a Magalí a entrar como si no viera su expresión.

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