Luna Vengativa, ¡Tú Y Los Cachorros, Me Pertenecen! romance Capítulo 2

Los pasos de sus botas resonaban en el largo y amplio pasillo de la mansión. Las largas ventanas a un costado permitían que se filtrara la luz de la luna. Con porte majestuoso y su afilada mirada dorada fija en el frente, ese alto y poderoso Alfa cargaba a la hembra inconsciente envuelta por una capucha negra.

Alfa Zefor detuvo sus pasos. De inmediato, uno de sus hombres lobos abrió la puerta para él. Cuando ingresó a la habitación, varios médicos ya estaban esperando; él colocó en la cama a la hembra híbrida, Adalet.

—Examinen a esta hembra. Quiero saber su estado de salud, físico y mental. Todo —ordenó el Rey Alfa. Sin dar siquiera una oportunidad de preguntas, se giró dispuesto a irse de la habitación, pero fue cuando escuchó unos pasos apresurados acompañados de gritos llenos de urgencia.

—¡ALFAAA! ¡REY ALFA! —gritaba uno de los guardianes, casi sin aire, se detuvo bajo el marco, haciendo una leve y rápida reverencia—. ¡Su hijo, Alfa! ¡Ryder ha muerto!

Alfa Zefor se quedó inmóvil unos segundos.

«HA MUERTO.»

Dos palabras que calaron hondo en el Rey de la poderosa manada "Garra Dorada". Cerró sus ojos por unos momentos, tratando de dominar la ira que empezaba a arder en su interior.

¡¿QUÉ CARAJOS QUERÍA LA DIOSA DE ÉL?!

¡¿POR QUÉ SEGUÍA HACIÉNDOLO VIVIR UN MALDITO INFIERNO TRAS OTRO?!

Esas eran algunas preguntas que invadían la mente del Alfa mientras comenzaba a avanzar en dirección a la habitación del cachorro. Sí, Ryder era solo un cachorro de dos años que ahora… había muerto.

…………

Cuando el Alfa ingresó a la habitación del niño, los llantos desgarradores de su madre resonaron en toda la estancia.

Renna, una loba fuerte de la manada, había sido su más reciente amante, con únicos propósitos reproductivos.

Ella se entregó sin rechistar al Alfa, y él fue considerado y bueno con ella en todo momento. Sin embargo… ¿de qué sirvió?

¡El cachorro nació débil, enfermo, inútil!, y ahora… ya no existía.

—¡MURIÓ, ALFA! ¡NUESTRO BEBÉ MURIÓ! —gritó Renna, levantándose del borde de la cama y soltando al pequeño niño pálido e inerte—. ¡¿Por qué la diosa nos hace esto?! ¡¿Qué hicimos mal?! —avanzó, aferrándose a él con desesperación.

Zefor soltó un suspiro profundo. A pesar de la furia que lo consumía y del dolor que lo atravesaba, su expresión era imperturbable.

Tanto sufrimiento durante una década le había enseñado a controlar sus emociones, a usar una fría máscara como si eso pudiera hacerlo inmune.

Él posó sus manos en los brazos de Renna y la alejó bruscamente de su lado.

—No te acerques. Tú fuiste la que falló, no somos compatibles —soltó él sin piedad, una dolorosa verdad. Seguidamente, clavó sus ojos dorados en los hombres lobos tras Renna—. Denle una sepultura al cachorro. Y reúnan al consejo, tengo algo que informar.

Renna quedó en shock ante la indiferencia de su Alfa. La hembra cayó de rodillas, provocando un sonido, mientras sus lágrimas seguían cayendo por sus pálidas mejillas.

Capítulo 02: Tú parirás mis cachorros. 1

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Luna Vengativa, ¡Tú Y Los Cachorros, Me Pertenecen!