Mi Ex-esposo Se enamoró de mí Después del Divorcio romance Capítulo 111

Antes de que pudiera contar hasta "tres", Luna ya había corrido desde detrás de Diego hasta el lado de Leandro. Levantó la vista tímidamente hacia Diego y esbozó una leve sonrisa.

—Señor Fernández, usted está pensando de más. No estoy a merced de él. Quiero volver en el coche del señor Muñoz, no quiero molestarle. Estoy aquí de buena gana.

Diego no entendía su confusión y menos aún lo que había pasado con Sía. Ella no quería que Diego se involucrara demasiado; eso solo complicaría las cosas. Si Diego la ayudara hoy, con la personalidad de Leandro, había mil maneras de saldar cuentas más adelante. Como había dicho Leandro, las consecuencias eran algo que ella no podía soportar. Ya lo había experimentado en más de una ocasión.

Diego frunció el ceño, su rostro mostraba una mezcla de impotencia. Su reacción extraña solo le confirmaba que había alguna razón especial detrás de su comportamiento, o que tenía algún punto débil en manos de Leandro.

Dado que ella había elegido irse con Leandro, retenerla solo la haría sentir incómoda. Ese no era el resultado que él deseaba. Diego respiró hondo.

—Está bien, cuídate y ten cuidado.

—El que llega tarde, no debe considerarse un salvador. ¡Ridículo! —Leandro, al escuchar esto, soltó una risa burlona.

Dicho esto, su expresión se tornó oscura mientras arrastraba a Luna hacia la salida. Al pasar junto a Diego, este le dijo con calma:

—Si no tienes la capacidad de proteger su seguridad, es mejor dejar que otros lo hagan. Si puedes hacerlo, asegúrate de que no le pase nada.

Su intención era clara: no quería que Luna sufriera más. Después de todo, había visto a Luna caer por un acantilado, atrapada en un árbol, al borde de la muerte. Recordarlo aún le dolía. Aunque la había salvado, no sabía lo que había vivido antes. Era consciente de que ella no se lo contaría fácilmente, y respetaba su decisión de no preguntar.

No sabía por qué, pero cada vez que veía a Luna, sentía un nudo en el estómago.