Mi Ex-esposo Se enamoró de mí Después del Divorcio romance Capítulo 126

Ya era tarde.

—Sía, ¿vamos a cepillarnos los dientes? —Luna se acercó a Sía y le preguntó con suavidad.

Sía pudo entender, se levantó y se dirigió hacia el baño en el primer piso. Al recibir la respuesta, Luna se sintió muy cálida por dentro y rápidamente la siguió hasta el baño. Allí, abrazó a Sía mientras se subía a un escalón especial frente al lavabo, ayudándole a cepillarse los dientes, lavarse la cara y peinarse un poco. Una vez que todo estuvo listo, Sía bajó del escalón y regresó a la sala para seguir leyendo.

—Hoy no leamos más, ¿vamos a dormir, está bien? —preguntó Luna mientras regresaba a la sala con Sía, agachándose para preguntarle. Sía no respondió y continuó leyendo el libro que tenía en las manos.

Luna, por supuesto, no iba a forzar a Sía; se quedó a un lado esperando pacientemente. Sía tenía mucha energía, había dormido poco y seguía despierta hasta casi las once. Luna, mientras tanto, se sentía cansada, ya que había estado un poco enferma y su cuerpo estaba débil.

En ese momento, Sía finalmente se sintió cansada, bostezó y su pequeño cuerpo se inclinó, cayendo al suelo y quedándose dormida. Luna se despertó un poco y rápidamente se acercó para intentar levantar a Sía. En ese instante, Leandro se acercó, se agachó y levantó a Sía, abrazándola. Luego, se dirigió hacia la habitación en el primer piso.

Luna lo siguió, las luces eran todas automáticas, inteligentes y de alta tecnología, ajustando la intensidad según la luz ambiental. Por la noche, la luz era suave y no deslumbrante.

Leandro colocó a Sía en la cama, le puso la almohada y la cubrió con la manta. Luna quería quedarse a dormir con Sía, también estaba cansada. Pero cuando Leandro se fue, extendió su largo brazo y la sacó de la habitación, cerrando la puerta detrás de él.

—A Sía le gusta dormir sola —dijo con indiferencia—. Estarás interfiriendo en su descanso. ¿No lo sabes?

—Yo... —Luna sabía que Sía tenía esa costumbre, no le gustaba que nadie se acercara. Lo había intentado varias veces y Sía se despertaba repetidamente, sin poder dormir bien. En cambio, cuando dormía sola, podía dormir hasta el amanecer.

Quería preguntarle dónde dormiría esa noche. ¿Iba a quedarse en la habitación de antes?