Mi Ex-esposo Se enamoró de mí Después del Divorcio romance Capítulo 374

La mirada de Leandro se detuvo en Ricardo por un momento, y el frío que emanaba parecía capaz de congelar a alguien. Había observado toda la escena anterior, y le sorprendió ver que Luna había aprendido artes marciales en estos tres años.

Ricardo sintió un escalofrío recorrer su espalda y tembló levemente. Hoy había tenido un mal día, y con el Grupo Muñoz participando en la licitación, parecía que iba a perder por partida doble. Con el rostro pálido, se sentó en su lugar.

La asistente llevó a Leandro a su asiento. Él ocupaba un lugar destacado, cerca de los organizadores.

Luna se sentó en una diagonal de Leandro, un poco alejada. No levantó la vista; su corazón latía con fuerza. La presencia de Leandro allí no podía ser una mera coincidencia. Si él venía a licitar, ¿qué posibilidades le quedaban?

Con la llegada de todos los organizadores, la licitación comenzó oficialmente. Cada parte presentó sus fortalezas y ventajas, mostrando sus propuestas. Luna, como representante de su empresa, detalló las ventajas y la cultura de su empresa. La competencia duró varias horas.

Finalmente, los organizadores compararon las propuestas y anunciaron que ya tenían una decisión preliminar, pidiendo a todos que esperaran noticias. El aviso oficial de la adjudicación se enviaría al día siguiente.

Luego, los organizadores se levantaron, estrecharon la mano de Leandro y se retiraron primero.

Los demás representantes se quedaron en sus asientos, con un propósito simple: querían intercambiar impresiones. La licitación era solo una parte del asunto; la comunicación posterior podría abrir nuevas oportunidades.

—Señorito Muñoz, los organizadores te han dado mucho respeto, todos sabemos que la adjudicación es para ti. Nosotros solo podemos envidiarte —dijo Nicolás, aunque su molestia interna era evidente, se acercó a felicitar a Leandro.

La atención de Leandro permaneció fija en Luna desde el principio, ignorando a Nicolás.

De repente, golpeó la mesa para llamar la atención de Luna y hacer que lo mirara. Al oír el sonido, Luna levantó la vista y lo miró.

—¿No deseas ganar la licitación? —Leandro arqueó una ceja, con una leve sonrisa en sus labios.