Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo romance Capítulo 12

Leia Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo Capítulo 12

Este romance, Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo, está COMPLETO. Leia Capítulo 12 e outros capítulos aqui.

O romance Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo, de Internet, atinge circunstâncias dramáticas. Com Capítulo 12, para onde irá o amor do protagonista masculino e da heroína? Siga este romance em booktrk.com.

Pesquisas relacionadas:

Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo Capítulo 12

O romance Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo Capítulo 12

El punto de vista de Ernesto.

Los altos mandos de la manada (Hugo, mi gamma, los subordinados y yo) nos habíamos inquietado porque el escándalo seguía extendiéndose y empeorando hasta el punto de que ya no se podía contener.

'¿Ya encontraron a Amelia?', hice un enlace mental con mi beta y todos mis subordinados.

Habían pasado unos días y seguía sin haber noticias sobre su paradero.

'Lo lamento, alfa, no hemos podido localizarla', contestaron mis subordinados, y Hugo repitió sus palabras.

'¡Todos son unos incompetentes! ¿Cómo es posible que no hayan encontrado a una mujer como ella?', estaba enfadado. Amelia era solo una huérfana. ¿Tan difícil era encontrarla?

'Lo siento, alfa. Nos esforzamos al máximo', dijeron, pero los ignoré y cerré nuestra conexión.

«¿Por qué era tan difícil encontrarla? ¿Ya se había unido a otra manada y le había pedido protección a su nuevo alfa?» Esa idea me hizo gruñir por lo bajo. No me gustaba pensar que ella pertenecía a otra manada.

Sin embargo, ahora era una especie de rogue, sin ninguna manada que la respaldara, si es que aún no se había unido a ninguna.

Una rogue...

«M*erda, ¿le pasó algo terrible? ¿La mataron? Las manadas eran intolerantes con los rogues. ¿Fue capturada, esclavizada o, peor aún, matada?»

Mi rabia hacia ella se convirtió en preocupación. No, con su personalidad testaruda y astuta, no sería fácil capturarla. Ni siquiera mis subordinados, unos de los mejores rastreando hombres lobo, pudieron dar con ella. ¡Debía estar escondiéndose de nosotros a propósito!

¿Ahora que no éramos compañeros me odiaba mucho? ¿Me detestaba por haberla juzgado mal? No podía ser. Fue ella quien incitó a Maia a hacer todas esas cosas, y ahora el doctor me dijo que ella ya no podía concebir.

'¡Maia es quien miente! Has oído la grabación. ¡Todo fue obra de tu cuñada! Te creíste su triste actuación. ¡Estás tan cegado, Ernesto!', me gruñó Roberto. Seguía defendiendo a Amelia a pesar de que ya no éramos compañeros.

Sin hacerle caso, me senté en mi estudio aturdido. ¿Por qué sentía un dolor punzante en el corazón cada vez que pensaba que ella me odiaba y no quería verme? ¿Por qué me preocupaba, creyendo que podría haberle ocurrido algo terrible?

'Ahora te arrepientes. Debiste pensarlo antes de humillarla y decir la tontería de deshacer el vínculo de pareja', se burló Roberto.

Sus palabras me aclararon la mente y lancé un bufido. '¿Humillarla? Se lo merecía. Incluso como luna de la manada, debería responsabilizarse de sus actos. Fui muy amable al ofrecerle la posibilidad de elegir, pero fue tan terca que prefirió romper el vínculo de pareja'.

'¿La posibilidad de elegir? ¿Te has escuchado a ti mismo, Ernesto? Pedirle que se arrodille, se disculpe, se divorcie y rompa el vínculo de pareja NO es una elección. Prácticamente la obligaste a arrodillarse y disculparse', gruñó su lobo.

Estaba harto de discutir sobre los mismos p*tos temas con Roberto.

'¡Para de defenderla! Ya no es nuestra compañera', grité y lo alejé de mi mente, no quería que me irritara aún más.

El hecho de sentirme preocupado por Amelia y de sufrir un dolor punzante en el corazón por no haber podido encontrarla hace un momento me hizo sentir avergonzado, abochornado y ridículo.

«¿Por qué tendría que preocuparme por ella cuando era obvio que ya no quería nada conmigo?», solté un bufido.

Una vez más, mi mirada se posó en la foto de nuestra boda. Observé a mi alrededor y vi muchas cosas en mi estudio que me había regalado Amelia. Había un portalápiz, figuritas de los personajes de moda, un cuadro, una pizarra llena de notas adhesivas con recordatorios y dulces palabras de sus sentimientos hacia mí, y una pequeña maceta.

Suspiré con desprecio, me levanté, tomé el portalápiz, las figuritas y la maceta, y los tiré a la papelera. También agarré el cuadro, lo rompí y lo lancé a la basura. Hice lo mismo con todas las notas adhesivas, las rompí y las boté.

No necesitaba ningún objeto que me recordara a alguien que prefería dejar de ser mi compañera.

Mi mano tocó la foto de boda enmarcada, dudé si tirarla o no. Sin embargo, abrí el último cajón de mi escritorio y lo metí ahí, debajo de todos los documentos.

Capítulo 12 1

Capítulo 12 2

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo