Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo romance Capítulo 44

Resumo de Capítulo 44: Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo

Resumo de Capítulo 44 – Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo por Internet

Em Capítulo 44, um capítulo marcante do aclamado romance de Hombre lobo Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo, escrito por Internet, os leitores são levados mais fundo em uma trama repleta de emoção, conflito e transformação. Este capítulo apresenta desenvolvimentos essenciais e reviravoltas que o tornam leitura obrigatória. Seja você um novo leitor ou um fã fiel, esta parte oferece momentos inesquecíveis que definem a essência de Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo.

El punto de vista de Amelia.

Me sorprendí cuando oí a Ernesto regañar a Maia y no a Lola, pero no fui la única que se sintió así.

La reacción de Lolin fue tal que se quedó con la boca abierta mirando a mi excompañero, mientras Maia...

Curvé los labios en una sonrisa de suficiencia y satisfacción. Sus ojos estaban llenos de asombro e incredulidad.

Debía de costarle creer que su acto de debilidad ya no funcionaba; en cambio, le irritaba a Ernesto.

«Los papeles han cambiado, Maia. Antes, eras tú la que sonreía con sorna y satisfacción cada vez que Ernesto me regañaba, pero ahora te toca a ti sentir su enfado».

Ella vio mi sonrisa y me miró con furia, yo simplemente me encogí de hombros. No le tenía miedo. ¿Qué más podría hacer ella que fingir debilidad y derramar lágrimas?

"Maia, regresa a la manada primero. Necesito hablar de algo con Amelia", le dijo mi excompañero sin mirarla.

"Pero no hemos comprado las cosas que quiere tu hermana", contestó en voz baja.

"Ve ahora", declaró él con firmeza, sin dejar de mirarme a mí e ignorando a su cuñada, por lo que vi que la expresión de Maia se tornaba irritada. Se atrevió a mostrar ese gesto porque Ernesto no la miraba.

"De acuerdo. Le mencionaré que tienes algo importante que hacer y que por eso no puedes acompañarme más. La próxima vez iré con tu hermana si es que todavía quiere el resto de las cosas de su lista", expresó con disgusto.

Vaya, podía cambiar de expresión y de tono tan rápido. Tenía que admitir que su habilidad interpretativa era extraordinaria.

Sus palabras... La hacían parecer tan comprensiva. Hasta le dijo de forma indirecta que le mentiría a Celia sobre por qué él no podía acompañarla.

Pero yo sabía que le contaría la verdad distorsionada de su versión: que yo estaba seduciendo a su hermano y que no lo dejaría en paz, así que no tuvo más opción que obligarla a regresar primero.

Sin embargo, mi alegría solo duró unos minutos, ya que pensé que mi excompañero no estaba enfadado con su cuñada, sino conmigo, porque no mostré ninguna reacción.

Y por estar molesto conmigo, regañó a su cuñada sin querer. No fue porque estuviera harto de que ella actuara de forma lastimera.

De alguna manera, esto me irritaba. ¿Cómo podía olvidar lo mucho que quería a Maia? Él nunca la regañaría, sin importar qué. Esta vez fue solo porque estaba molesto conmigo.

Quizás cuando volviese a la Manada Garra Roja más tarde, se disculparía con ella por haberle gritado.

Después recordé sus palabras. Quería hablar conmigo. ¿Para qué? Lo más seguro es que fuera a insultarme por no controlar a Lola.

Como no quería hablar con él y mucho menos si solo era para insultarme, tomé a mi amiga de la mano y la jalé hacia la salida de la tienda.

"Amelia", gruñó, pero yo seguí caminando.

"Si te atreves a irte, lastimaré y acabaré con Nicolás", volvió a gruñir.

Mi amiga se detuvo en seco, lo que hizo que yo también dejara de caminar.

"¿Por qué está hablando de Nico? ¿Por qué quiere lastimarlo y matarlo?", me preguntó desconcertada.

No quise decirle el motivo delante de mi excompañero porque entonces mi mentira quedaría al descubierto, así que le hice una mueca.

Él se acercó a nosotras y me agarró con fuerza de la muñeca. "Me mentiste, ¿verdad?", gruñó.

«¿Se enteró de que él no era mi compañero? ¿Pero cómo?»

Permanecí en silencio y fingí no saber de qué hablaba.

"Nicolás no es tu compañero de segunda oportunidad, ¿cierto?", insistió para saber la verdad.

Fruncí los labios, sin ánimo de contestarle. «Él ya sabía la respuesta; ¿por qué sigue insistiendo en preguntármela?»

"¿Cómo te diste cuenta de que Nico no es mi compañero de segunda oportunidad?", pregunté, con fastidio.

Me miró enarcando una ceja. "Parece que no te conoces a ti misma, Amelia".

En esta ocasión fui yo quien enarcó la ceja al mirarlo. «¿A qué se refería con eso? ¿Cómo podría no conocerme bien?»

"Él no te importa. Cuando amenacé con herirlo y matarlo, no tuviste ninguna reacción", dijo.

«¿Fue solo por eso?»

"Si de verdad fuera tu pareja de segunda oportunidad, no te mostrarías tan tranquila. Estarías enfadada e incluso intentarías luchar conmigo por él", continuó.

Fruncí el entrecejo. No es que no me importara Nico. Me preocupaba, claro, pero solo como amigo, y sabía que Blas podía contra Roberto, como se había visto durante su pelea en la enfermería de la Manada Garra Roja, por lo que su amenaza no funcionó conmigo.

Si mi amigo hubiera sufrido lesiones graves al final de su enfrentamiento, por supuesto, me habría enfadado con Ernesto.

Pero quizás mi excompañero tenía razón. Estaba muy tranquila cuando amenazó a mi supuesto nuevo compañero, que para él era Nico.

"Te conozco, Amelia", me dijo mientras yo pensaba en todo eso. "Siempre cuidas de tu compañero. No hay forma de que estuvieras tan tranquila y no reaccionaras cuando alguien amenaza con hacer daño a tu pareja. Cuando aún estábamos juntos, y sin querer me corté, no dejaste de preocuparte a pesar de que solo era una pequeña herida y sanaría en poco tiempo".

"¿Cómo pudiste mantener la calma cuando amenacé con acabar con él? La respuesta es sencilla, ¿no? Él no es tu compañero de segunda oportunidad", por fin terminó de expresar su pensamiento.

Me quedé muda ante lo que dijo. Estaba en lo cierto, y no podía negarlo. Siempre cuidé mucho de mi compañero. No permitiría que nada malo le sucediera.

Al ver que me quedaba callada, me dio un tirón del brazo. "Necesito hablar contigo", le lanzó una mirada fugaz a Lolin. "A solas", enfatizó lo último que dijo.

Sabía que hoy no podría escapar, así que decidí darle tiempo para que hablara conmigo. A lo mejor, después de conversar con él, dejaría de molestarme, o al menos eso esperaba.

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo