Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo romance Capítulo 47

Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo Capítulo 47

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Capítulo 47

••• Desde el punto de vista de Amelia •••

"¿Por qué esa carita de tristeza?", Orlando me preguntó cuando llegué a la Manada Plenilunio después de que había ido de compras con Lola.

“Orlando, tengo que decirte algo…”, dudé en decírselo, pero era mi hermano y siempre compartía todo con él. "Yo... conocí a mi compañero de segunda oportunidad".

Se sorprendió al escuchar mis palabras. "¿Y eso no es algo bueno?", me preguntó.

“Él no ha venido para conocerme, y no he encontrado nada de información de él”, mi corazón se entristeció al pensar que había la posibilidad de que mi compañero de segunda oportunidad no me quisiera.

"Ven para acá", me dijo Orlando mientras abría los brazos, yo me acerqué con gusto, y al instante me sentí reconfortada en sus brazos, debido a nuestro vínculo familiar.

“Alia...”, me empezó a decir mientras acariciaba mi espalda. “Tal vez está ocupado en este momento y no ha tenido tiempo para buscarte. Tú mejor que nadie sabe que los compañeros no pueden mantenerse lejos el uno del otro”.

Él me dijo casi lo mismo que me había dicho Lolin, pues estaban diciéndome la verdad. Ya lo había vivido con Ernesto, aunque él nunca se preocupó por mí, siempre regresaba a nuestra habitación y dormía abrazado de mí.

Y en ese momento, yo también me sentía así, quería estar lo más cerca posible de mi nuevo compañero, y deseaba que él sintiera lo mismo, pues era el efecto del vínculo de pareja. Porque cuando encontrábamos a nuestro compañero, se volvía una necesidad estar cerca el uno del otro, porque solo nuestros olores podían confortarnos.

Cada vez que Ernesto estaba estresado, me abrazaba para sentir mi olor. Después de que se calmaba se iba.

“Por eso, no te debes de sentir triste. Dime, ¿quién, aparte de ese i*iota, no quiere tener a su lado a una mujer Alfa fuerte y hermosa?", dijo Orlando burlándose de Ernesto.

Sonreí al escucharlo hablar así de Ernesto.

"Oye, acabo de recordar algo", retrocedió algunos pasos para mirarme. “Dentro de dos días habrá una fiesta de cumpleaños en el castillo del Rey Alfa, deberías de acompañarme, Alia. Irán muchos hombres lobo importantes y también de otros continentes, y es probable que tu pareja esté en el lugar".

Iba a rechazar la invitación, pero cuando escuché que mi compañero podría estar ahí, acepté de inmediato.

"¿Es el cumpleaños del Rey Alfa?", pensé que sí, pues se invitó hasta a lobos de otros continentes.

"No", sonrió pero no me dijo la identidad del cumpleañero a propósito.

"¿No es el Rey Alfa?", le pregunté sorprendida, "entonces, ¿quién es?".

¿Quién más podría tener una gran fiesta de cumpleaños en el Palacio del Rey Alfa? Debería ser alguien tan importante como él.

"Adivina", Orlando siguió sonriendo. Obviamente estaba disfrutando de mi confusión.

Pensé por un momento que podría ser una Alfa influyente de otro continente, pero ¿por qué organizaría una fiesta de cumpleaños lejos de su hogar?

Sin importar lo mucho que me esforcé en pensar, no había nadie tan importante como el Rey Alfa en mi mente.

Al final acepté mi derrota, no tenía ni idea de quién era esa persona. "Dime".

Orlando sonrió de forma traviesa antes de decirme quién era la persona de la fiesta: "El Príncipe Alfa".

Se me agrandaron los ojos por la sorpresa y la incredulidad. "¿El príncipe Alfa?", le pregunté casi gritando.

Orlando se carcajeó: "Lo sé, yo también me pregunté lo mismo".

Ya había olvidado que teníamos un Príncipe Alfa. Pues él casi nunca aparecía en público, no fue a la última reunión que hizo el Rey Alfa y la mayoría de los hombres lobos no sabían su nombre.

“Su nombre es Leonardo Enrique, y es un ermitaño, por lo que no mucha gente lo ha visto. Prefiere estar solo”, me explicó Orlando.

"Entonces, ¿por qué va a tener una gran fiesta de cumpleaños?", si prefería estar solo, ¿por qué invitar a tantos hombres lobo?

Orlando se rio de nuevo: “el Príncipe no quería la fiesta, pero el Rey insistió, así que no tuvo más remedio que aceptar".

"Pobre de él", le dije mientras me imaginaba lo incómodo y molesto que se debía sentir el Príncipe.

“¿Por qué lo compadeces? ¿No crees que será divertido ver cómo se comporta un ermitaño cuando está rodeado de tanta gente?", me dijo Orlando, sonriendo de manera traviesa.

Le hice un gesto, no me había dado cuenta de que mi hermano era el tipo de hombre al que le gustaba burlarse de las desgracias de los demás.

"¿Lo has visto alguna vez?", de pronto sentí curiosidad por el Príncipe de los hombres lobo.

“Algunas veces, mi deber es proteger al Rey, el Príncipe tiene otros guardias que lo cuidan".

Asentí, sabía que Orlando era el jefe de la guardia, por lo que solo estaría protegiendo al Rey Alfa.

“Asistirán muchos hombres lobo de la nobleza, así que además de darte la oportunidad de conocer a tu nueva pareja, podrás hacer nuevos amigos, lo que será bueno para ti y para la Manada Plenilunio”, Orlando me dijo para persuadirme a que asistiera a la fiesta de cumpleaños del Príncipe.

Después de que escuché sus palabras, no había manera de negarme a ir.

"Está bien, pero no me vayas a dejar sola", le advertí entrecerrando mis ojos, él estaba de vacaciones e iba a asistir como invitado, no como guardia del Rey.

Capítulo 47 1

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