Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo romance Capítulo 54

Resumo de Capítulo 54: Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo

Resumo do capítulo Capítulo 54 de Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo

Neste capítulo de destaque do romance Hombre lobo Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo, Internet apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.

••• Punto de vista de Ernesto •••

Amelia tomó el ramo que le extendió Sam, pero no se dio cuenta de que se le cayó la tarjeta que venía con las flores. Yo la recogí y leí el mensaje, escrito en una hermosa letra.

“A mi queridísima pareja, Alia. Una mujer tan bella solo merece cosas hermosas. Por el momento, te ofrezco estas humildes flores, que espero sean capaces de hacerte sonreír. Cuando formalicemos nuestro compromiso, no me cansaré de mimarte ni de llenarte con puras cosas hermosas. Con amor, Sam", decía el mensaje.

«¡Qué cursi salió este tipo!», me burlé. Sin embargo, la risa me duró poco. Su nueva pareja ya le decía Alia y a mí Amelia nunca me pidió que la llamara así. Los celos y el enojo se apoderaron de mí y resoplé tan fuerte que capté la atención de todos en el lugar.

Le entregué la tarjeta a Amelia, cuya sonrisa se ensanchó, mientras que en su rostro apareció la más hermosa de las expresiones.

Yo no podía dejar de verla. Lucía bellísima, radiante y, sobre todo, feliz.

Me arrepentí de no haberle regalado flores cuando estuvimos juntos. Nunca me permití ser la causa de su alegría y me privé de verla tan dichosa.

Recordaba que ella siempre me recibía con una sonrisa, pero una completamente diferente, más como de anticipación o expectativa. Y como yo nunca le correspondía, pronto se desvanecía y su rostro se llenaba de tristeza y desesperanza.

«De verdad que fui un c*lero con ella», reconocí.

Y mientras ella sonreía por el regalo de Leonardo, a mí me hervía la sangre. No soportaba que otro hombre fuera la causa de su felicidad.

Para llamar su atención, gemí y tosí con todas mis fuerzas.

Ella, preocupada, volteó a verme y yo tuve que contenerme para no sonreír. En lo único en lo que ella debía pensar era en mí y en mi pronta recuperación.

“Ernesto…”, comenzó Amelia, acercándose a mí y ofreciéndome un vaso de agua.

Mi mente me regresó a la época en la que estuvimos juntos. ¡De verdad que fui un est*pido por no haberla valorado!

Yo acepté el vaso con agua y bebí un sorbo.

"Lamento que hayas terminado así por mi culpa", dijo ella, con la mirada clavada en el piso.

Suspiré. No quería que se sintiera culpable por lo que me pasó, así que le dije: "Fui yo quien decidió salvarte, así que no te atormentes".

“Pero…”, respondió ella, mirando atentamente mis heridas. En ese momento, recordé la vez en la que me lastimé y Amelia me cuidó con devoción. ¡Cómo deseaba regresar el tiempo para volver a recibir sus amorosas atenciones!

“Sin peros… Y no te preocupes más, ninguna herida de este tipo me matará", le dije con una sonrisa, para consolarla.

“¡Nunca vuelvas a decir que te vas a morir frente a mí! ¿De verdad crees que quiero que te mueras por mi culpa?", exclamó ella.

M*ldición. Amelia había malinterpretado mis palabras, aunque su reacción me alegró. Todavía se preocupaba por mí y no quería que muriera. Además, durante el camino a su manada me estuvo acariciando la cabeza, momento que aproveché para apreciar lo linda que se veía cuando se preocupaba o enojaba.

"De acuerdo. No volverá a pasar", contesté con seguridad. Con tal de verla feliz, haría todo lo que me pidiera.

De reojo, vi que Nico hacía una mueca, pero no me importó. Desde que descubrí que Amelia solo lo veía como un amigo, me había dejado de preocupar por él.

Todavía estaba celoso por su estrecha relación, pero si ella de verdad se hubiera sentido atraída por él, lo habría tomado como pareja mucho antes de conocerme. En conclusión, Nico no era una amenaza.

“Alia, casi todas sus heridas cerraron. Lo mejor será que regrese a su manada: allí podrá recuperarse, en compañía de sus seres queridos", comentó sarcásticamente el doctor.

Contuve la respiración. ¿Eso era señal de que me dejaría quedarme o acaso de que le pediría a sus hombres que me sacaran de la manada?

“De acuerdo, Ernesto. Puedes quedarte, después de todo, por mi culpa terminaste herido y es mi responsabilidad asegurarme de que te recuperes por completo. Y tienes razón, sería bueno que vieras como funciona mi manada, así será más sencillo establecer un acuerdo de cooperación", declaró Amelia.

Yo apenas podía contener la alegría que sentía. Me mordí el labio para no sonreír.

“Gracias, Amelia. Eres una mujer amable y considerada, además de una alfa responsable. La Manada Plenilunio es afortunada de que tú seas su dirigente", le dije con sinceridad.

Ella me miró como si hubiera perdido la razón y estuviera diciendo tonterías.

Sí, sabía que era un hipócrita. Hace poco la había acusado de ser una alfa irresponsable por no querer discutir conmigo los asuntos entre nuestras manadas, pero eso lo había dicho al calor del momento y motivado por su rechazo. Ahora, mis palabras eran sinceras.

Ella todavía no confiaba en mí, pero aun así priorizaba el bienestar de su manada. Y aunque no tenía duda de que gran parte de su decisión se debía a la culpa que sentía por mi estado, también demostró que era una alfa responsable.

"Bueno, pero primero descansa. Vendré a verte en un rato", me dijo, antes de irse en compañía de Nico y Sam.

Cuando me quedé solo, sonreí. Quería saltar de felicidad, pero mis heridas no me lo permitían. «P*nche Nico. Su est*pido ungüento es efectivo, pues mis heridas comenzaron a cicatrizar, pero me duele como la ch*ngada cada vez que las toco», maldije mentalmente.

«¿Acaso esa es su forma de darme una lección? Parece que no soy el único celoso aquí. ¡Quién diría que el doctorcito no es tan amable como Amelia cree!», reflexioné.

De cualquier forma, él era la menor de mis preocupaciones. Por fin tenía la oportunidad de pasar tiempo, o al menos de ver a Amelia todos los días. ¡Había ganado!

Ella me amó con todo su ser y me aseguraría de que así fuera otra vez. Haría que rechazara al Príncipe Alfa y volviera a mí.

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo