Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian) romance Capítulo 1150

Dorian frunció el ceño: "¿Han echado a la persona?"

Alguien lentamente levantó las sábanas y se levantó de la cama sin hacer ruido.

"Sí." La voz de la administración sonaba aliviada y agradecida, "No sabemos cómo esa persona se coló en el ascensor. Afortunadamente, el guardia de seguridad lo vio a tiempo, lo siguió y lo encontró merodeando frente a la puerta de su casa. Le preguntó quién era y qué hacía ahí, él dijo que se había equivocado y se dio la vuelta para irse."

Dorian frunció aún más el ceño. La persona ya había llegado a la sala de estar y abrió directamente el software de vídeo de vigilancia. El hombre en el vídeo llevaba una sudadera con capucha, su rostro no era visible, pero su silueta...

Los largos dedos de Dorian se detuvieron brevemente sobre la pantalla del móvil, ampliando la imagen con la yema de los dedos.

"¿Sr. Ferrer?"

La administración, preocupada por la falta de respuesta de Dorian, preguntó: "¿Falta algo importante en su casa? ¿Quiere pasarse a revisar?"

"No es necesario." Dorian volvió en sí, respondiendo con voz tranquila, "Quizás fue un agente inmobiliario. Si alguien vuelve a pasar, no se preocupen."

Administración: "De acuerdo."

"Además, envíame el vídeo del ascensor de cuando él entró." Dorian solicitó.

"De acuerdo." La administración asintió, "Se lo envío de inmediato."

"Bien, gracias."

Sin embargo, tenían una llave. Durante las renovaciones, aunque él contrató al arquitecto para que se encargara de todo, Eduardo y Cintia solían pasar para asegurarse de que el equipo no usara materiales de mala calidad, por lo cual Dorian les dio una llave.

Pero las renovaciones ocurrieron dos años antes de que él y Amelia se casaran.

Después de las renovaciones, la casa estuvo vacía y ellos no volvieron a visitarla hasta que se mudaron.

Durante los dos años de su matrimonio con Amelia, por lo que él vio el día que recibió el mensaje de despedida de Amelia y la encontró en casa, parecía que ella venía a la casa cuando él no estaba, pero desconocía con qué frecuencia.

Después de registrar su matrimonio, presentó formalmente a Amelia a Eduardo y Cintia, quienes se mostraron extremadamente cálidos y cariñosos con ella. Cintia incluso sugirió que, dado que Amelia estaba embarazada, no era seguro que estuviera sola en casa, y propuso que vivieran en la casa familiar para que pudiera ser cuidada.

Sin embargo, él pensó que como Amelia no estaba familiarizada con su familia, vivir juntos podría ser incómodo para ella, así que rechazó la propuesta de Cintia. Se mudaron y contrataron a una niñera para cuidar a la embarazada Amelia. En ese tiempo, Cintia y Eduardo mostraron una gran preocupación y cuidado por Amelia, pasando ocasionalmente para verla y comportándose como cualquier padre que desea la felicidad matrimonial de su hijo.