Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian) romance Capítulo 1151

Dorian no sabía cómo Eduardo y Cintia trataban a Amelia cuando no estaba en casa, ya que por la incomodidad de Amelia, no habían instalado cámaras de vigilancia.

Pero conociendo a Cintia, sabía que ella se preocupaba mucho por las apariencias. No expresaba sus opiniones con insultos directos como lo haría una persona vulgar, sino que escondía su desprecio en sus miradas y comentarios sarcásticos.

Si Cintia insultara directamente, Amelia podría devolver el golpe y encontrar una salida para sus emociones.

Sin embargo, al utilizar miradas y comentarios indirectos para presionar, Cintia no señalaba a nadie en particular, lo cual hacía que cualquier respuesta de Amelia pareciera una admisión de culpa.

En ese tiempo, Amelia estaba demasiado preocupada por su situación y las percepciones de los demás. Cintia no mencionaba directamente su desdén, por lo que Amelia no podía responder de manera apropiada y no tenía forma de liberar sus emociones.

Dorian no estaba seguro de con qué frecuencia Cintia visitaba la casa, ni si había dejado algo allí, aunque en teoría no debería haber dejado nada, de lo contrario Amelia lo habría mencionado.

¿Podría haber algo que ni él ni Amelia sabían y que no podían descubrir?

¿Qué podría ser tan oculto que ni él ni Amelia pudieran saber?

Dorian frunció el ceño, sus largos dedos acariciando el teléfono con inquietud.

No había ningún conflicto de interés entre Cintia y él; de hecho, Cintia dependía de él, por lo que era poco probable que tramara algo en su contra.

Amelia siempre había sido menospreciada por Cintia, quien incluso había insinuado abiertamente que él debería divorciarse de Amelia...

¿Divorcio?

La mano de Dorian se detuvo sobre el teléfono al recordar a su primer hijo con Amelia.

Aparte de la progesterona baja, los demás resultados eran bastante normales.

Sin embargo, Amelia estaba extremadamente débil, con náuseas severas durante todo el embarazo. A los pocos días de esa ecografía, comenzó a sangrar ligeramente. Aunque intentaron salvar el embarazo con reposo en un hospital, menos de un mes después de ser dada de alta, un resbalón accidental en la cocina provocó una emergencia. Fue llevada de inmediato al hospital, pero el feto ya no tenía latidos al llegar.

Debido a que anteriormente ya había tenido un riesgo de aborto espontáneo, tras descartar problemas cromosómicos, los médicos concluyeron que la caída había provocado la interrupción del embarazo.

Parecía ser solo un accidente según los resultados.

La debilidad del cuerpo de Amelia y la caída accidental llevaron a la pérdida del bebé.

Pero Amelia no era una persona imprudente; normalmente no sería tan fácil que se resbalara en casa.