Mi Hija Llama Mamá a Otra romance Capítulo 48

¿Asistente del hogar?

¿A poco es una empleada doméstica?

¿Candela dejó de ser la Sra. Arroyo para convertirse en la asistente de un profesor?

Por más que le daba vueltas al asunto, Zaira no lograba entenderlo.

Verónica se apresuró a aclarar:

—No le hagas caso, está diciendo tonterías. Ella fue mi alumna, Candela.

No te dejes engañar por su edad, aunque es más joven que tú, su trabajo de investigación no tiene nada que envidiarle al tuyo.

Y mira, no quiero desanimarte, pero este año, el lugar disponible para doctorado… no tienes oportunidad contra ella.

Verónica siempre decía las cosas directo, sin rodeos ni vueltas.

Le tenía aprecio a Zaira, pero si la comparaba con el talento de Candela, la diferencia era mucha.

Sin embargo, Zaira no pareció afectada por el comentario. Al contrario, siguió sonriendo con su típica expresión relajada.

—Entonces, la señorita Candela debe ser increíble en su trabajo académico. Tengo mucho que aprender de ella.

Verónica no esperaba esa reacción y la miró con nuevos ojos, con una pizca de admiración.

—Candela es la persona con más talento que he conocido. Aunque no puedas estudiar directamente conmigo, si tienes la oportunidad de estar cerca de ella, seguro que también aprenderás un montón.

Iván, que había estado escuchando en silencio, los interrumpió:

—Ya, mejor vamos a comer, que si se pasa el pollo con coco, va a quedar bien feo.

Zaira supo leer el ambiente. Nadie tenía intención de invitarla a quedarse, así que se despidió con cortesía:

—Profesora Verónica, sé que ya tiene en mente a su candidata para el doctorado, pero entrar a su programa es mi sueño más grande. ¿Me permitiría intentarlo?

Verónica respondió sin dudar:

—¡Por supuesto! Aquí pueden inscribirse todos los que tengan la capacidad. Si te la juegas, bienvenida.

—Muchas gracias, profesora Verónica. Entonces, no los molesto más. ¡Hasta luego!

Se despidió de todos con una sonrisa, pero en cuanto se dio la vuelta, su expresión cambió por completo.

Solo la correa de su bolso sabía cuánta rabia y frustración estaba apretando en ese momento.

Quién iba a imaginar que Candela era la consentida de Verónica.

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