El pequeñín pudo comerlo sólo mientras que Anastasia también tomó una porción justa del helado. El hombre frente a ellos miró sus interacciones y no pudo evitar encontrar la escena interesante. De pronto, sintió una gran curiosidad sobre la identidad del padre del niño. ¿Con que tipo de hombre durmió esta mujer para dar a luz a este niño?
En ese momento, el teléfono de Elías sonó. Sacó el aparato y se le dio un vistazo antes de contestar la llamada.
―Hola, Helen.
―Elías, ¿Dónde estás? ¿Puedes cenar conmigo esta noche?
―Estoy en la compañía.
―No tienes que trabajar horas extras, ¿verdad?
―Hay algo importante que tengo que atender.
―P…pero te quiero conmigo.
―Te llamaré cuando termine, ¿de acuerdo?―Elías la convenció con su gentil voz.
Anastasia inmediatamente supo que era Helen. Levantó la vista hacia el hombre frente a ella y notó su expresión gentil mientras convencía a Helen justo como lo haría un amante. «Parece que Helen nunca mintió después de todo». Era verdad que era alguien importante para Elías.
―Presidente Palomares, ¿Helen es tu novia?―la mirada de Anastasia era filosa mientras miraba al hombre frente a ella.
―Sólo somos amigos―explico Elías en voz baja.
―El señor galán está soltero. No tiene novia ―dijo de pronto el pequeñín.
Se giró para mirar a su hijo. ―¿Y cómo lo sabes?
―Me lo dijo él mismo. También dijo que siempre y cuando estés dispuesta a casarte con él, él está dispuesto a casarse contigo también. Mami, no seamos exigentes, ¿de acuerdo? ¡Sólo cásense!― Este niño de cuatro años estaba preocupado por su madre. Anastasia estaba estupefacta. Después, entrecerró sus ojos mientras le dirigió una mirada de advertencia al hombre frente a ella. «¿Qué le dijo a Alejandro?»
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