Mi insignificante secretaria romance Capítulo 3

La consecuencia fue que su abuelo, después que Erick le contara el asunto, hizo que renunciará a su trabajo, su abuelo era un firme partidario de que las mujeres "estaban mejor en casa"

Y aunque ella lloró mucho, y su abuela Amy había tratado de interceder por ella, la decisión del abuelo fué inapelable por lo que al otro día fue a renunciar a su trabajo.

Pero ahora se había sentado con sus abuelos y su hermano en la mesa del comedor, ya habían pasado unos cuatro años del incidente en su trabajo. Les dijo claramente que si no la dejaban trabajar se iba a ir de la casa y jamás volverían a saber de ella, que ella era ahora mayor de edad y podía decidir por ella misma.

La abuela la miró con preocupación pero orgullosa en el fondo, Erick se quedó con la boca abierta sin decir nada y su abuelo la había mirado con la frente arrugada, pero la quería muchísimo y no iba a dejar que se desapareciera de su vida por eso, su nieta había sacado el carácter férreo de su papá y ahora lo demostraba.

El abuelo Rufus bajó la vista para disimular el rastro de genuino orgullo que se veía en su cara y que sentía ahora por su nieta, y luego había dicho que sí, que ya era hora de que se independizara de una vez.

Erick miró a su abuelo, luego a su abuela y finalmente se quedó mirando a Rachel que le dirigió una mirada asesina que le hizo permanecer callado, se dió cuenta de que la determinación de su hermana era irreversible, como la de su abuelo, así que se encogió de hombros y murmuró un ininteligible "está bien" para luego levantarse e irse a su habitación.

Ahora Rachel acaban de colgar, la habían llamado de una empresa, la primera que probaba para conseguir trabajo, ¡y la habían aceptado!

Ella pensó, después de la entrevista, que no la iban a llamar, el hombre que la había entrevistado le dijo que no calificaba por su juventud y apariencia. Ella se quedó mirando a su misma para ver qué estaba mal y el joven (porque era un joven asistente quién la había entrevistado y le había recibido el currículo) le había dicho que el jefe no quería mujeres jóvenes ni bonitas.

Rachel nunca se había considerado a sí misma atractiva, ni mucho menos bonita, como le había dicho el hombre. Siempre pensó que era una joven normal, aunque sus amigas en la universidad bromeaban con ella porque tenía los pechos más grandes que la mayoría de ellas y su cintura era fina y sus caderas eran amplias y hermosas.

Sus largas piernas eran muy llamativas, por eso casi nunca usaba shorts, porque siempre había algún baboso que le decía cosas horribles. Y ni hablar de su pompi, tenía, al decir de sus amigas de la fraternidad, un trasero perfecto. Por eso ella usaba vestidos holgados y pocas veces usaba trajes de baño o pantaloncitos cortos, y para nada usaba ropa flexible o ajustada.

Capítulo 3 La entrevista 1

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