Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1041

Alejandro lo dejó claro: todo lo que le concernía a él, también le concernía a Ana, y lo que Patricia le contaba seguramente llegaría a los oídos de Ana.

Ana se sintió algo sorprendida.

—Ven y siéntate conmigo un rato —invitó Alejandro a Ana con un tono más suave.

Ante la actitud amable y cordial de alguien, no se debe responder de manera hostil; dado que Alejandro se mostraba amigable, Ana lo pensó un momento y luego accedió.

Se sentó junto a Alejandro.

Parecían muy compatibles.

Además, no sabían si era por haber convivido durante algún tiempo, pero ambos tenían un aire muy similar, como si fueran una pareja casada en muchos aspectos.

Cuando Patricia tuvo este pensamiento, se le puso la cara pálida.

¡No estaba allí para verlos exhibir su afecto como pareja!

¿O acaso Alejandro estaba intentando que ella se diera por vencida? ¿O le estaba diciendo que ya no le gustaba ella, sino Ana?

Patricia sintió un sabor metálico en la garganta.

Como si alguien la estuviera asfixiando, tratando de cortar su respiración.

Estaba llena de un intenso celo.

Justo cuando estaba a punto de perder el control, la voz fría de Alejandro la calmó.

—Dime, ¿qué sucede?

Su voz no transmitía ninguna emoción.

Patricia no podía aceptarlo, mirando a la pareja frente a ella; siempre había pensado que junto a Alejandro estaría una mujer, pero esa mujer tenía que ser ella y nadie más.

Ahora, había una mujer junto a Alejandro.

¡Y esa mujer no era ella!

Era una gran ironía.

Al escuchar que alguien estaba tan enamorado de ella como para hacer locuras, no mostró ninguna señal de preocupación o indiferencia.

¿Qué lugar ocupaba ella en su corazón?

Inconscientemente, intentó tocar el anillo en su dedo.

De repente recordó que había puesto el anillo en su bolso cuando sonó el timbre.

Si tuviera el anillo puesto, tal vez Alejandro no actuaría así.

—La última vez envié a casa dos objetos malditos, y mi abuelo no estaba contento conmigo, mi familia también me reprocha. Si le digo a mi abuelo, solo hará que se enfade más. Alejito, tengo mucho miedo —confesó Patricia, bajando su orgullosa cabeza y con la voz entrecortada mostrando su vulnerabilidad ante Alejandro.

En este mundo, solo este hombre podía hacer que Patricia mostrara su lado débil.

Si no estuviera realmente asustada, ¿cómo podría permitirse mostrar esa faceta frente a Ana?

Ahora, Ana seguramente estaría sonriendo para sus adentros.

Las personas realmente no pueden entenderse completamente. Ana no estaba sonriendo, de hecho, sentía que realmente no debería seguir ahí.