Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1043

Ana mira a Alejandro conmocionada.

Él...

Pero su asombro ante las palabras de Alejandro parecía insignificante frente a Patricia, quien parecía estar al borde del colapso.

Alejandro, sin embargo, intensificaba la situación.

—Es mejor aclarar las cosas mientras mi esposa está presente.

Cada palabra suya hería a Patricia.

Patricia solo sintió como si alguien le hubiera golpeado la cara repetidamente, dejándola aturdida y con deseos de huir de inmediato.

—Yo...

Las palabras que siguieron, ni siquiera supo cómo las pronunció; solo sintió que nunca había estado tan avergonzada.

—Solo fuimos compañeros de secundaria, Alejito y yo. Vine a buscarlo hoy solo porque sabía que él podría ayudarme, no hay nada más entre nosotros...

No pudo continuar hablando y corrió precipitadamente fuera de Villa Estrella de Mar.

Después de que Patricia se fue.

Alejandro le dijo a Ana: —La invitada se ha ido, vamos a dormir.

Ana se quedaba sin palabras por un momento.

Lo que acababa de suceder con Patricia...

¿Estaba intentando demostrarle que su relación con Patricia no era como los demás decían?

¿Solo una relación de antiguos compañeros de secundaria?

¿Le importaba tanto que ella entendiera eso?

—Alejandro, tú...

Alejandro no miraba a Ana, pero apretaba su mano mientras caminaban hacia el dormitorio en el piso superior. —Estoy cansado, vamos a dormir.

Esa noche, los dos dormían en la misma habitación, en la misma cama.

No hacían nada más.

Realmente solo dormían.

Ella pensó que su relación era tan evidente que no necesitaban hablar para entenderse.

Pero las palabras de Alejandro hace un momento fueron como una bofetada en su cara.

Solo entonces se calmaba.

Parecía que Alejandro nunca le había dicho que le gustaba.

Parecía que siempre habían sido los demás quienes decían que Alejandro la quería, y ella simplemente lo había aceptado.

Y poco a poco daba por hecho que Alejandro solo podría quererla a ella, nunca a otra, destacando su singularidad, por lo que se fue al extranjero con confianza.

Durante años, todos le decían que Alejandro rechazaba a todas las mujeres que se acercaban a él y que solo esperaba por ella. Aunque ella se preguntaba por qué Alejandro nunca la buscaba ni le proponía matrimonio, estaba segura de que si él la buscaba y le pedía matrimonio, ella volvería al país.

Pero después de mucho tiempo esperando, lo que encontró fue que Alejandro ya tenía a Ana, y ahora que se habían casado, ella se daba cuenta de que había entendido mal todo.

—Alejandro, ¡me has convertido en un chiste!

—¡No me resigno!

—¡La persona que he elegido solo puede quererme a mí, y te haré ver qué clase de persona es Ana, también te mostraré cuánto te arrepentirás por tu crueldad hacia mí hoy!