Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1128

Una hora después.

Francisco se dirigía a su apartamento, sintiéndose algo inquieto.

Una vez en el apartamento, llamó de inmediato a Ana.

—¿Hubo algún problema con Alejandro? —preguntó directamente.

Ana respondió: —Sí, hubo un pequeño incidente, pero ya se resolvió. No te preocupes.

—Eso es bueno —Francisco no preguntó más.

Por el tono de Ana, sabía que el problema estaba resuelto.

—

Ana esperaba que Salvador regresara con Alejandro.

Cipriano ya había llegado.

Para tranquilizarla, Cipriano la consoló: —Traje una variedad de medicamentos. No importa si está borracho o si le dieron algo, no hay de qué preocuparse.

—Me siento segura con el doctor Cipriano aquí —dijo Ana sinceramente.

A pesar de ello, no podía dejar de preocuparse.

Quizás era porque últimamente habían ocurrido muchas cosas. La partida de la abuela Ruiz también había aumentado su ansiedad, y ahora tendía a preocuparse demasiado.

Salvador ya había llamado, diciendo que estaban en camino y que pronto llegarían.

Así que, en teoría, no había razón para preocuparse.

Cipriano se recostó en el sofá y se quedó dormido un rato. Al ver que ya eran las once y aún no habían regresado, frunció el ceño. —Ya deberían haber llegado a esta hora.

—Valentina acaba de enviarme un mensaje. Llegarán en unos diez minutos —dijo Ana mientras servía dos vasos de agua y le pasaba uno a Cipriano.

Cipriano tomó un sorbo de agua y comentó: —Es un milagro que el presidente Alejandro haya sobrevivido hasta ahora, con familiares que intentan hacerle daño constantemente. Afortunadamente, te tiene a ti.

Esto no era solo porque el presidente Alejandro se preocupara por Ana, ni Cipriano lo decía solo para complacerla.

El presidente Alejandro había cambiado mucho después de casarse con Ana.

Al verla, pareció recuperar un poco más de lucidez.

—Estoy bien, es una alergia alimentaria.

Ana preguntó: —¿Alergia alimentaria?

¿No había sido drogado?

—Le pusieron trozos de anacardo en la comida. Afortunadamente, el presidente Alejandro no comió mucho —explicó rápidamente el asistente Eduardo.

—Así que fue el anacardo. Traje medicina —dijo Cipriano, aliviado.

No había sido algo más grave como una intoxicación por drogas.

Una intoxicación alimentaria era mucho más fácil de manejar.

Además, que el presidente Alejandro se hubiera recuperado tan rápidamente indicaba que su resistencia era mucho mejor que antes.

Si hubiera sido antes, no solo se habría desmayado por comer anacardo, sino que también habría desarrollado urticaria por todo el cuerpo.