Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1155

En los últimos días, ella había escuchado por casualidad una noticia: Mauricio cambió de asistente.

¿Sería posible que Beatriz finalmente decidiera volver con Bryan?

¿Era esa la razón por la que Bryan se mostraba particularmente molesto por lo ocurrido aquella noche?

Reflexionando un poco sobre esto, se rió de sí misma con sarcasmo.

...

Tras salir de la empresa, Ana se dirigió directo a su casa.

En el camino, pasó por un restaurante de fideos que recientemente se había vuelto bastante famoso.

Mucha gente acudía a comer allí.

Los fideos, hechos a mano y acompañados de una exquisita salsa secreta, resultaban verdaderamente tentadores.

Incluso algunas celebridades de internet habían venido a probarlos.

Al no tener ningún compromiso especial, encontró un lugar para estacionar y se puso muy cómoda en la fila.

Mientras esperaba, tomó una foto y se la envió a Alejandro.

[Pasé por un famoso restaurante de fideos, voy a probarlo. Si es bueno, te llevaré aquí cuando regreses.]

—¿Ana?

Una voz masculina, ligeramente sorprendida, la llamó.

Ana alzó la vista hacia la persona que pronunció su nombre.

Al ver que era Rafael, su expresión se transformó de inmediato.

Parecía que no tendría buena suerte ese día, pues se había encontrado con Rafael.

Al ver a Ana, los ojos de Rafael se iluminaron, nunca había imaginado que simplemente ir a comer fideos podría llevarlo a encontrarse justo con ella.

—Parece que tenemos cruzado nuestro destino.

Ana miró hacia la fila delante de ella, quizás tardaría alrededor de media hora más en llegar su turno.

Solo dudó un momento antes de decidirse a marcharse.

Apenas había dado dos pasos cuando Rafael, completamente ignorado, se enfureció y apresuradamente se interpuso en su camino: —¡Ana! ¿No escuchaste lo que dije?

Ana levantó la vista hacia Rafael y dijo con firmeza: —Muévete.

Ana miró a Rafael como si estuviera viendo a un idiota, cansada de hablar, simplemente lo empujó a un lado con fuerza.

Rafael nunca había imaginado que Ana tendría la fuerza suficiente para empujarlo de esa manera.

—¡Ana!

Ana se volteó y lo miró: —Si sigues siguiéndome, llamaré a la policía y te denunciaré por acoso. Las dos llamadas que me hiciste anteriormente ya las tengo grabadas. Te aconsejaría que no vuelvas a llamarme.

Rafael palideció al instante.

Nunca una mujer lo había despreciado tanto y de semejante manera.

¿Y ella se atrevía a hablar de llamar a la policía?

¿Acaso tenía un problema en la cabeza, pensando que Alejandro todavía la protegería?

La mujer que estaba con Rafael lo miraba con total incredulidad. Dentro de su círculo social, todos sabían muy bien quién era Rafael, un García. ¿Quién se atrevería a ofender a alguien de la familia García?

Esta mujer o era muy boba o tenía mucho valor.

—Espero el día en que vengas a suplicarme. Te puedo asegurar que Alejandro jamás volverá a quererte. Si sigues contando con él, solo estarás soñando. Además... —Rafael se detuvo, de repente consciente de algo, y cerró la boca.