Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1290

Carmen miró despectiva a las tres personas frente a ella; furiosa, gritó a Ana: —¿No crees que fuiste demasiado cruel, Ana?

Al escuchar esto, Ana sonrió, recordando todo lo que había vivido en su vida anterior. —Fue un error regresar con nosotros. Si lograste escapar de allí, seguramente infringiste la ley. ¿Por cuánta gente no has pasado para obtener lo que tienes? Si no te vas ahora mismo, llamaré en este momento a la policía.

—¡Tú!— Carmen palideció; nunca había esperado que Ana reaccionara tan rápido.

Ella había adivinado cómo había escapado.

De hecho, Carmen había matado a muchas personas en los últimos años; ya ni siquiera recordaba cuántas. Sin embargo, en su opinión, esas personas no eran comparables a ella.

Si no los mataba, ellos también morirían, así que pensaba que simplemente era mejor usarlos para su beneficio.

En efecto, para vivir más cómodamente en esos años, se había unido a una banda criminal, ayudándoles a cometer una serie crímenes de diversas maneras. Después de todo, había asistido a una buena universidad, tenía una especialización respetable y provenía de una familia adinerada. Enseñarles cómo engañar a la gente le resultaba algo bastante fácil, e incluso algunos de sus compañeros de universidad habían caído en sus viles trampas.

No sentía que aquello estuviera mal.

¿Por qué tenía que vivir de una forma tan miserable todos los días, siendo maltratada de manera constante hasta el punto de no poder tener hijos en el futuro, mientras que sus compañeros de universidad vivían tan bien?

Al ver la inmediata reacción de Carmen, Elena también lo adivinó. Miró a Carmen con aún más decepción. —Deberías irte.

Carmen respiró hondo. Sus ojos, llenos de odio, se clavaron justo en las dos personas frente a ella. —¡Seguramente se arrepentirán de haberme expulsado hoy! ¡Pagarán un alto precio por la elección que hicieron!

Después de decir eso, Carmen miró a su alrededor con una sonrisa y salió apresurada.

El personal de administración de la propiedad y los guardias de seguridad se apresuraron a seguirla.

Este terrible incidente dejó a Ana y a Elena sin ánimos por un momento.

Nadie había esperado que, después de más de tres años, Carmen regresara de repente.

[¿Ella se atrevió a venir? Mamá, no puedes ser blanda con ella. Si ve que eres débil, se volverá más vil. Quién sabe, algún día podría acabar con nuestras vidas. Mira, no estoy exagerando.]

Manuel: [Javier tiene razón. No podemos ser blandos con Carmen. Además, he oído que las personas vendidas allí casi nunca regresan. El hecho de que ella haya vuelto es muy sospechoso. Carmen es capaz de cualquier cosa. Para mí, mi única y verdadera hermana es Anita. No reconozco a nadie más, especialmente a alguien como Carmen. Mañana por la mañana no tengo ningún tipo de rodaje, también acompañaré a mamá a la comisaría.]

Francisco también apareció unos minutos más tarde: [Manuel y Javier tienen toda la razón. He tratado con Carmen algunas veces antes. Es extremadamente egoísta y hará cualquier cosa para lograr sus objetivos. Definitivamente no es del tipo que agradece. Si puede venir una vez, vendrá una segunda y quizás muchas veces más. Si no logra sus objetivos, podría tomar medidas extremas. Si somos blandos ahora, podría traer muchos problemas.]

Estas palabras eran para que Elena las escuchara.

Esperaban que ella entendiera de una u otra manera.

No es que ellos fueran despiadados; es que Carmen... debía ser manejada de manera definitiva.

Elena miró lo que decían, luego miró a Ana, quien estaba sentada justo frente a ella. —Ellos temen que yo sea muy flexible.