Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1322

—¿Francisco?

Ana estaba a punto de irse a dormir, ahora en Ciudad A eran las diez de la mañana; a esa hora Francisco debería haber estado trabajando.

Él la llamó porque seguramente algo había pasado.

Francisco: —Carmen había sido agredida y ahora estaba discapacitada, está en el hospital. La policía ya había encontrado bastante evidencia, ella no podrá escapar esta vez.

Ana murmuró un "ok".

—Era el castigo por sus malas acciones, quien hacía el mal debía enfrentar las consecuencias. Anita... cuida de ti misma, no tenías que preocuparte por nada en casa. — Francisco pensó un momento, pero decidió no contarle sobre la alucinación que había tenido brevemente en el hospital.

Solo había sido una alucinación.

Solo podía ser una alucinación y nada más.

Anita, quien había sido cuidada y protegida por ellos, siendo tan bondadosa, ¿cómo podía haber terminado amputada y tan lamentablemente delgada?

Pero no sabía por qué, ahora sentía una gran angustia.

Como si esa escena en su alucinación hubiera ocurrido realmente.

Ana notó un cambio en el tono de Francisco y no pudo evitar preguntar con curiosidad: —Francisco, ¿hay algo más? ¿O.… te preocupa Carmen?

Ella sabía que, pasara lo que pasara, Carmen era su hermana biológica.

Después de todo, tenían un vínculo de sangre y era comprensible que sus emociones fueran complejas en ese momento.

Crecieron juntos y podían sentir las fluctuaciones emocionales del otro.

Sin embargo, a diferencia de ellos, ella solo sentía odio hacia Carmen.

Aunque el tiempo y el amor de su familia habían evitado que se convirtiera en una persona consumida por el odio, ella buscaba venganza mientras intentaba mejorar su propia vida.

Después de todo, tenía seres queridos y amigos que le importaban mucho.

Francisco dijo: —No era nada, solo me preocupaba que estuvieras sola, iré a verte cuando tenga la oportunidad. Sobre lo de Alejandro, no te apresures, lo más importante era que estuvieras feliz y saludable.

—Ah, así que te preocupabas por mí, no te preocupes, hace unos días vi a Alejandro en una fiesta. Él no se sentía incómodo con esa identidad, creo que ya había empezado a confiar en mí. Francisco, sé que eventualmente recordará todo, — dijo Ana con alegría.

Al oír esto, Francisco se tranquilizó: —Eso era bueno, Alejandro era extremadamente inteligente, seguramente ya había comenzado a investigar sobre su propia identidad. Tenía que volver al trabajo, tú duérmete.

—Ok, buenas noches, Francisco.

Después de colgar el celular.

Ana no se fue directamente a dormir.