Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1368

Al escuchar que Alejandro aún no había recuperado la memoria, Ana sintió una leve decepción.

Pero era de esperarse.

Los médicos habían dicho que era muy poco probable que Alejandro recuperara la memoria, así que el simple hecho de que ahora pudiera afirmar su identidad ya la hacía muy feliz.

—Vuelo de regreso a Ciudad A con la abuela pasado mañana —dijo ella.

Alejandro asintió. —Bien, los esperaré a ustedes.

Los ojos de Ana se humedecieron ligeramente. Probablemente nadie más que ella comprendería lo conmovedor que era ese comentario.

—

Una hora más tarde.

Alejandro llegó a Villa Estrella de Mar.

Antonio abrió la puerta.

Al verlo, se emocionó hasta las lágrimas. —¡Señor Alejandro, ha vuelto! ¡Es maravilloso! Durante todos estos años, he venido aquí de vez en cuando a limpiar, solo con la esperanza de que algún día el señor Alejandro y la señora Ana pudieran regresar.

Muchos decían que estaba soñando.

Pero, al igual que la señora Ana, él también creía que ese día llegaría.

¡Y ahora su espera había terminado!

Además, la señora Marta y la señora Ana también volverían pronto.

—El resto lo haré yo mismo —dijo Alejandro.

Antonio, quien había escuchado por la señora Marta que el señor Alejandro aún no recordaba su pasado, comprendió que no estaba familiarizado con él. Probablemente no le gustaba hablar con extraños, así que simplemente sonrió y asintió. —Señor Alejandro, eche un vistazo. Si necesita algo, llámeme.

—Está bien.

Después de que Antonio se marchó, Alejandro comenzó a inspeccionar la Villa Estrella de Mar.

No tenía grandes exigencias en cuanto a su alojamiento.

Solo necesitaba que fuera un lugar tranquilo, limpio y ordenado.

Durante todos estos años, ningún sitio en el que había vivido le había brindado una verdadera sensación de hogar.

Permaneció inconsciente en la clínica durante doce horas antes de despertar.

Cuando abrió los ojos, descubrió que estaba en un hospital. Preguntó la hora y se dio cuenta de que había pasado un día entero.

Temía que Alejandro hubiera intentado contactarla y que ella no hubiera respondido a tiempo, así que rápidamente buscó su celular.

Por suerte, su bolso y su maleta habían sido entregados al hospital por el personal del aeropuerto.

Con la ayuda de una enfermera, logró obtener su teléfono.

Había todo tipo de mensajes y llamadas. Muchas personas la buscaban, pero entre ellas no estaba Alejandro.

Las palabras que él le había dicho en el aeropuerto ese día... ¡significaban que estaba rompiendo con ella!

¡El corazón de Alejandro era realmente demasiado cruel! ¿Acaso no le importaba su estado de salud actual? Estaba sola en el hospital, débil, completamente desamparada.

Mientras la ira y el resentimiento la invadían, comenzó a revisar los mensajes de otras personas.

El periodista que no le había respondido en los últimos días, finalmente lo había hecho.