Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1378

Valentina alzó una ceja. —Antes vi tus noticias. Dime, ¿qué quieres de mí?

Verónica observó detenidamente a Valentina.

Había que admitir que, como artista del violín, Valentina no tenía comparación.

Poseía un aura de desdén indescriptible que muchas chicas envidiaban.

Con solo una mirada suya, parecía marcar la distancia entre ellas dos.

Hacía que Verónica se sintiera fuera de lugar, casi insignificante.

—Ya que sabes quién soy, entonces también debes saber sobre mi relación con Alejandro en estos tres años. Y por supuesto, sabes que eres su prometida, ¿correcto? —dijo Verónica, dejando de lado sus observaciones sobre Valentina.

Aunque no pudo evitar compararse con ella.

Sin embargo, en su interior, pensaba que Valentina era tan desdichada como ella.

Ambas habían sido abandonadas por Alejandro.

Pero, aún así, sentía que Valentina era más desdichada, porque no solo había sido abandonada, sino también engañada. Alejandro había estado con Ana a sus espaldas, y al parecer, Valentina aún no lo sabía.

Valentina entrecerró los ojos. —Habla directamente, no tengo mucho tiempo.

Al notar la actitud altiva de Valentina, Verónica torció ligeramente la boca. ¿Tan impaciente?

Se preguntó si Alejandro también era así de impaciente cuando estaba con ella.

No era de extrañar que él buscara otras amantes a escondidas. Claramente, Ana era astuta y sabía cómo seducir a un hombre.

—¿Sabías que Alejandro ha estado manteniendo una amante en secreto? Incluso la llevó a su propia casa. —soltó Verónica.

Mientras hablaba, estudió la reacción de Valentina.

Pero Valentina, acostumbrada a ser entrevistada, no mostró el más mínimo cambio en su expresión. Tal vez, estas personas de familias acaudaladas ya no se sorprendían con la infidelidad de los hombres.

O tal vez, simplemente era muy buena ocultando sus verdaderos pensamientos.

—¡Tú! ¿Estás segura de que no quieres saber quién es esa mujer? —Verónica estaba realmente desconcertada.

¿Qué estaba pasando aquí? ¿Realmente había alguien que pudiera ser tan indiferente como Valentina?

Ella, en su lugar, no podía soportar ver a Ana acercarse a Alejandro.

En su corazón, realmente deseaba que Ana desapareciera.

Ninguna mujer compartiría a su hombre de manera tan generosa con otra.

Valentina rodó los ojos. —Si yo fuera tú, me iría ahora mismo de la ciudad A. Quedarte aquí no te traerá beneficios. Seguir insistiendo no te dará nada. ¿Por qué actuar como un chiste? ¿De veras crees que los demás son tontos y no saben lo que estás tramando? Aquí, tus trucos no tienen cabida. No tienes derecho. ¡Fuera de aquí!

Ella era alguien con un temperamento fuerte por naturaleza.

Y lo que más detestaba era a aquellos que pretendían ser inocentes mientras soltaban palabras que daban ganas de poner los ojos en blanco.

Si no fuera porque se consideraba una persona con clase, ya le habría dado una bofetada.